La democracia en el mundo no avanza y la libertad, menos. Esta es la conclusión a que se llega nada más echar un vistazo a la geografía política del planeta. Unos años atrás dábamos por sentado que el ejemplo español, tras el final de la ... dictadura, se iría extendiendo a otros países, especialmente cuando se desintegró la Unión Soviética.
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Es evidente que algunas de las naciones que se desprendieron de ese régimen, 16 si no recuerdo mal, recobraron los sistemas políticos y libertades añorados. Fueron en su mayor parte europeas, que además enseguida entraron en la OTAN y la UE, donde era condición imprescindible ser democráticas para ser aceptadas. No ocurrió lo mismo en la propia Rusia ni en las repúblicas desgajadas, ahora independientes, del Caucaso o Asia Central. Allí los gobiernos continúan considerando que el poder se ejerce mejor sin críticas ni discrepancias. En Rusia, la democracia funciona aparentemente, con elecciones periódicas y existencia de partidos con muy poca influencia. La libertad de prensa continúa bajo mínimos. Los corresponsales extranjeros coinciden en sus quejas y limitaciones, que se han agravado con la guerra de Ucrania. «Ahora mismo, la libertad de prensa es tan escasa como en los tiempos de la URSS», aseguraba un experto. Y daba algunos ejemplos muy claros. A quien hace la más mínima crítica, más tarde o más temprano se le persigue y condena. Varios escritores están presos por publicar o, simplemente, escribir libros y en muchos casos incluso por leerlos. Se citaba el caso de un intelectual que había sido detenido por tener libros en su casa que el régimen de Putin persigue. Historiadores aseguran que en algunos casos la represión vuelve a la que existía en los tiempos de Stalin.
Los problemas se repiten también en China, uno de los cinco comunistas que se mantienen en el mundo, junto a los de Cuba, Laos, Corea del Norte y Vietnam. Los controles y limitaciones han vuelto a aumentar. Se cuenta el caso de un humorista que había adquirido mucha popularidad, con actuaciones en las que incluía algunas insinuaciones donde sobrepasaba los límites. Fue ingresando en prisión. Pero no fue suficiente para evitar que la tentación se repita con otros artistas. El Gobierno que aspira a ser la segunda potencia mundial y uno de los dos países más poblados -1.300 millones de habitantes- prohibió este tipo de espectáculos en todo el territorio. La dictadura continúa imperando en muchos países de África y en países europeos incluso de la UE, como Hungría, donde el régimen de Orbán también apunta maneras que traen de cabeza a la Unión.
Por no hablar de otros casos más cercanos culturalmente, como Nicaragua. Tras una revolución contra una dictadura histórica, la de la familia Somoza, está siendo recuperada y agravada por quienes lideraron su derrocamiento: Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo, que acaban de expulsar del país, e incluso retirado la nacionalidad, a los responsables del periódico de la oposición. Venezuela, que disfrutó de democracia muchos años, vive ahora una dictadura mal disimulada que ya ha obligado a exiliarse a siete millones de descontentos.
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