Preocupación y humor

Muchos ciudadanos se preguntan cómo es posible que tras una guerra civil y 40 años de dictadura, alguien pueda permitirse atentar contra la libertad y la convivencia que la Constitución garantiza

Diego Carcedo

Oviedo

Martes, 19 de septiembre 2023, 21:46

Es una alegría que entre tanta preocupación como estamos sufriendo sobre nuestro futuro inmediato, no se pierda del todo el buen humor. Deben de tener razón los soseras nórdicos cuando dicen que en España siempre nos tomamos los problemas a broma. Yo creo que exageran, ... pero es evidente que a veces tienen algo de razón. Lo recordé el jueves por la tarde. Estaba amenazando con estallar la tormenta, y cuando corría hacia el coche escuché la voz de una personalidad conocida de la vida política diciéndome: «Cuidado con lo que escribes, Diego, que vuelve Stalin». No supe a que venía semejante aviso y acerté a responder: «Bueno, pero Siberia queda muy lejos». Sólo cuando ya estaba al volante, el informativo de la radio abrió con la noticia de que la dirección del PSOE había expulsado del partido a su ex secretario general en el País Vasco, Nicolás Redondo Terreros.

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Alguien comentó a continuación que era un aviso contra la libertad de opinión. Luego la presentadora añadió que Ione Belarra, líder de los restos de Podemos, advirtió a la creadora de Sumar que Irene Montero, la promotora de la ley del 'sólo sí es sí', que tanto agradecen los presos por violación o acoso sexual, tiene que continuar como ministra de Igualdad. «¡Qué prisas!», creo que exclamé entre el ruido del motor. Todavía no hay Gobierno, está pendiente la investidura del primer candidato y Yolanda Díaz ya repartiendo ministerios, desde su cuarto puesto entre los grupos del Congreso, de un gabinete pendiente de una negociación que implica traficar con la Constitución para conseguir el poder.

El ambiente en la calle y no digamos en los círculos políticos, está más que caldeado. Muchos responsables de la desestabilización que se ha creado por las amenazas para la libertad que tanto ha costado conseguir, no escuchan a los ciudadanos que en julio votaron mayoritariamente justo lo contrario de lo que ahora se quiere hacer. La indignidad ante un delincuente cobarde, como la cometida por la que parece ser mujer fuerte de la situación, para bochorno general, despierta inquietudes y hasta miedo.

Pensar que puedan conseguir su empeño político los que no dan sensación de reflexionar sobre la imagen de falta de respeto a la democracia y de insensatez negándose a escuchar a la opinión pública, cuesta entenderlo y asimilarlo. Muchos ciudadanos se preguntan cómo es posible que después de una guerra civil con medio millón de muertos y cuarenta años de dictadura, alguien pueda permitirse atentar contra la libertad y la convivencia que la Constitución garantiza.

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