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El drama de los asturcubanos

Diego Carcedo

Oviedo

Domingo, 27 de octubre 2024, 02:00

Siempre me confesé asturcubano. Soy el mayor de mi familia que no emigró a Cuba, igual que habían hecho mis dos abuelos, tres tíos y cinco primos. Emigrar a La Habana, por supuesto antes de entrar en escena el castrismo, era una tradición familiar que ... en idas, venidas, empleos y pequeños negocios mantenía allí a mis antepasados sin olvidarse nunca de su tierra natal. Bien puede decirse que mantenían las dos nacionalidades. En mi casa siempre se tomaba comida cubana, como el tasajo y los frijones, y se leía el 'Diario de La Habana', que el sufrido cartero cargaba hasta mi domicilio cada tres o cuatro semanas, junto a las revistas 'Bohemia' y 'Carteles'. Las noticias de La Habana interesaban más, a pesar de llegar con mucho más retraso que las nacionales, que, dicho sea de paso, repetían las de Franco paseando bajo palio por algún pueblo donde acababa de inaugurar un pantano.

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