Esta semana hemos tenido una buena noticia. Por fin, cabría añadir: el Gobierno socialista y la oposición que lidera el Partido Popular han llegado a un acuerdo para encarrilar el funcionamiento de la Justicia, el tercer poder del Estado y origen de buena parte de ... los conflictos institucionales que venían agitando la vida política. El que un problema de esa naturaleza se prolongara desde hace cinco años puede muy bien dar idea de la gravedad de la cuestión.
Publicidad
Pero también puede dar idea de la incapacidad de nuestros políticos para hablar, negociar y encontrar soluciones, que hablando siempre se encuentran. Claro que en este caso surgieron con fórceps, en negociaciones múltiples y reiteradamente frustrantes. Ni siquiera se consiguió llegar a un acuerdo negociando en casa: fue necesario llevarlo a Bruselas y allí, por enésima vez bajo el arbitraje de la vicepresidenta de la Comisión Europea, discutiendo coma a coma, se llegó a un acuerdo,
¡Qué bien! Más vale tarde que nunca, pero sin que quede en el olvido la incapacidad de los políticos que hemos votado hasta para sentarse a hablar y escuchar. La democracia obliga, pero aquí se olvida. Conocer las ideas y opiniones ajenas no tiene por qué llegar a convencer, pero sí a repensar y antes de afianzar las propias. Estos últimos meses ver una foto de los dos lideres juntos –Sánchez y Feijóo– se había convertido en noticia.
Pero volviendo a lo importante, el acuerdo logrado empieza por unas reglas claras para la renovación del Consejo General del Poder Judicial, lo cual incluye medidas complementarias para que se reestructure todo el estamento y se separe con mayor precisión que hasta ahora el traspaso de altos cargos políticos a instancias judiciales, las llamadas puertas giratorias.
Publicidad
El acuerdo firmado es minucioso. Algunos aspectos pueden parecer farragosos, al menos para los profanos en la materia, lo cual despierta dudas sobren su aplicación. La experiencia de estos años despierta el temor de que el Gobierno, que últimamente tanto mostró sus ansias por hacerse con todos los poderes, pretenda aprovechar algún resquicio del acuerdo para volver a intentarlo,
Esperemos que no y que este acuerdo, además de resolver un problema difícil, contribuya a poner final al hielo que separa al Gobierno y la oposición, de forma que sin necesidad de cambiar sus principios puedan llegar a afrontar tantas cuestiones nacionales e internacionales urgentes, lo cual siempre será más beneficioso para todos que verlos peleando por simple inercia, como viene ocurriendo, sobre el fango, que lo que necesita es ser limpiado.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.