Borrar
Directo Maribel Verdú: «Aitana este para mí no es un Goya de Honor, es un Goya de amor»
Mis días griegos

Mis días griegos

Desde la terraza del hotel, todas las noches me tomaba algo y veía el resplandor de la Acrópolis. Allí se pensaron casi todas las grandes ideas cuatrocientos años antes de Cristo. Todos somos griegos, claro que sí

Lunes, 20 de septiembre 2021, 01:37

Toda la vida leyendo a Jenofonte, obsesionado con los abdominales de los '300', tirando siempre de santoral mitológico, y resulta que no conocía Atenas. Había que solucionarlo. Abrí la maleta, metí libros de Lawrence Durrell, Patrick Leigh Fermor, Theodor Kallifatides, Tucídides, la 'Historia de Venecia', ... de Nordwich, y carretera y manta. La ciudad moderna está un poco cascada y gracias a los avispados taxistas aprendes rápido por qué Laoconte advertía en la Eneida «temo a los griegos, aunque traigan regalos». No obstante, una vez superada cierta decepción, comienzas a ver más allá, no solo la perspectiva histórica sino a los griegos, gente amable, educada. Leigh Fermor establecía bien la doble alma que poseen, formada por la herencia clásica y por la moderna, repleta de otomanos, venecianos y bizantinos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Mis días griegos