Secciones
Servicios
Destacamos
Es probable que con los años, Ana González recuerde su comparecencia del viernes 16 de septiembre como la más dura de su amplia trayectoria pública. A ningún político que le importe un mínimo lo que hace, aunque los haya que no, le gusta dejar su ... cargo. Y menos si es como resultado de una votación entre la militancia de su propio partido. Fue la suya una rueda de prensa infrecuente. La costumbre tras una derrota es hacer un mutis por el foro o recurrir a un puñado de frases hechas con las que hacer el trago más llevadero. La alcaldesa de Gijón prefirió abordar la realidad del golpe con fidelidad a su estilo. Sin edulcorantes, reconoció que ella quería ganar y había perdido, responsabilizó más a la Ejecutiva que a la militancia, prometió que agotará su mandato y afirmó que su único plan es volver a dar clase. Todo dicho en la misma comparecencia, sin analgésicos ni paños calientes.
Su mandato ha tenido hasta el momento dos etapas. La primera, tal vez la más angustiosa, ni siquiera le concedió un año de gracia. La pandemia la obligó a tomar decisiones que nunca habría imaginado y a asumir responsabilidades. Y de este periodo no salió tan mal parada. Fue en el paulatino regreso a la normalidad cuando las decisiones del Ayuntamiento, unas suyas y otras cuyas consecuencias asumió, minaron su figura hasta llevar a su propio partido a votar su relevo. Ana González afronta ahora una situación inédita. Aguantar hasta mayo sin el estímulo de las urnas, gobernar con la seguridad de que sus decisiones repercutirán en el futuro de quien la suceda al frente de la candidatura socialista y afrontar los envites de una oposición que ve en su derrota una gran oportunidad. Los últimos meses de Ana González en un sillón municipal que puede llegar a ser un martirio supondrán un auténtico reto para ella y su partido. Serán, sobre todo, una prueba de responsabilidad y de compromiso con Gijón. Que es lo que de verdad importa. Y como en todas las biografías, las personales y las políticas, el final, guste o no, suele tener mucho más peso que el principio cuando se escribe para la historia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.