Invisto y no visto

Tal parece que toda la clase política asturiana hubiera construido su discurso de condena de la presentida aquiescencia de Barbón a Sánchez previamente a la manifestación de D. Adrián

Cosme Cuenca

Gijón

Viernes, 9 de agosto 2024, 02:00

La política y los políticos tienen mala imagen entre los ciudadanos debido, posiblemente, a las vicisitudes de su oficio. Ocurre que los políticos compiten por el poder y a este objetivo dirigen sus esfuerzos y sacrifican lo que haga falta. Había expectación por ver el ... posicionamiento del obediente Barbón ante el último desafuero de Sánchez, la cesión a Cataluña de toda la recaudación fiscal en tal territorio, que supone la ruptura del régimen general vigente con las cantadas consecuencias de desigualdad en la gestión y de insolidaridad entre regiones. Barbón manifestó claramente estar en contra de la medida de Sánchez, si bien no en el tono ni con el distanciamiento hostil de García Page, ciertamente. Pues bien, toda la oposición al gobierno asturiano, e incluso la izquierda próxima a él, reaccionó ante la declaración de Barbón como si éste acabara de manifestarse a favor de la tal medida. Tal parece que toda la clase política asturiana hubiera construido su discurso de condena de la presentida aquiescencia de Barbón a Sánchez previamente a la manifestación de D. Adrián y ni uno quiso que la realidad le estropeara la ya descontada descalificación del competidor político.

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Me temo que los políticos no son más deshonestos que sus votantes, es decir, que nosotros y son, en términos generales, bastante más listos. Pero creo que no suelen dirigirse en sus proclamas mercantiles al ciudadano que saben informado y de criterio maduro sino al que se alimenta de los tópicos sectarios que le permiten una plácida pertenencia al grupo del que se siente más próximo, soy de izquierdas, soy de derechas, por costumbre más que por reflexión acerca de la cambiante realidad. Será por ese carácter mercantil de su discurso, dirigido siempre a los más fieles, espesos, perezosos, que para el político profesional la realidad resulta perfectamente prescindible.

Nadie, en toda España, dice apoyar la cesión de Sánchez a Cataluña que, para ser viable, habrá de superar el correspondiente trámite parlamentario. Visto el rechazo generalizado, incluso dentro del partido socialista de las distintas regiones, no sería coherente que lo lograra, es decir, a día de hoy no parece que haya disciplina de partido capaz de superar un rechazo tan generalizado. Ahora bien, si el velado Concierto Catalán fracasa parlamentariamente Illa ya llevará tiempo investido como President. Y, de eso, precisamente, se trataba. Y, por cierto, no hay que perderse la crónica de la sesión de investidura y su contexto. Lo dan en La Hora Chanante, creo.

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