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Si te digo la verdad, no me parece que aquella violencia callejera del independentismo catalán encaje en lo que la sociedad española entiende por 'terrorismo', a partir de la penosa experiencia que hemos ido acumulando bajo ese título en este tiempo del que tenemos memoria ... vivida. El problema es que no es esa la cuestión. Lo que el ciudadano medio sienta, más que conozca, como terrorismo no tiene por qué coincidir necesariamente con lo que la legalidad vigente define como tal. Y son estos contenidos, los descritos por el artículo 573. 1 de la Ley Orgánica 2/2015 del Código Penal, los que vinculan al juez que deba instruir o juzgar conductas. Y resulta que la violencia callejera independentista realmente practicada parece entrar, con toda naturalidad, en los supuestos que definen penalmente el terrorismo en el artículo 573.1.1ª y 2ª, no así en 3ª y 4ª. Los delitos no son lo que usted o yo, pánfilos de buena fe, podamos sentir como tales, ni siquiera lo que el señor Bolaños, letrado para todo de fe inquebrantable, pueda predicar, sino lo que la legalidad vigente recoge bajo esa calificación.
A raíz de la última rabieta de Puigde sonaron alarmas -en muchos casos más bien esperanzadas- que temían por la continuidad de la legislatura. Hay un clima general de incertidumbre respecto al futuro político próximo, esto no puede durar mucho, se oye y se lee con frecuencia creciente. Dicen los observadores cualificados, esos que rebosan de información pormenorizada, que lo más difícil de pronosticar es el futuro, así que ellos observan, analizan, sopesan y no se mojan, que es mucho el prestigio en juego.
Bueno, pues como aquí, en esta apartada orilla, ni se dispone de información privilegiada, ni de prestigio que perder, ensayemos el augurio: habrá acuerdo sobre la ley de amnistía más pronto que tarde, la legislatura no peligra. De momento. El factor determinante del acuerdo será que ni a Sánchez ni a Puigde les interesa la ruptura. Cómo va a renunciar Puigde a una amnistía con todos los pronunciamientos favorables, regreso triunfal, alfombra roja, totus tuus, cuando la alternativa es la permanencia en una huida cada día menos segura jurídicamente, en una Europa para la que apesta a vodka. Cómo va a pararse Sánchez ante ninguna línea roja si son él y los suyos los que cancelan las que le estorban. Habrá acuerdo, probablemente con compromisos sin terminar de cerrar, como siempre, para ir preparando la jugada siguiente: próxima parada, referéndum.
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