Aveces, pese a mi escasa imaginación y pobres facultades, se me solapan los temas a tratar y alguno, como el de hoy, llega rozando el fuera de plazo. No obstante, creo que hay polémicas que mantienen, en su contenido, un interés que no depende de ... la actualidad del caso. Vayamos a ello, pues: no me asomo jamás a esos largos saraos televisivos de Nochevieja, pero tanto oí y tanto leí acerca de no sé qué imagen con vaca y Sagrado Corazón que no pude resistirme a teclear lo necesario para conocer la imagen en cuestión, que había provocado notable indignación, escándalo e, incluso, alguna denuncia de 'abogados cristianos'.
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Apareció la imagen en pantalla y la verdad es que no me encontré ningún Sagrado Corazón con cabeza de vaca ni con ninguna vaca disfrazada de Sagrado Corazón. Claro que las interpretaciones de las imágenes son libres y cada uno ve en ellas lo que le sale de los centros. (Los mismos que tanto le dolían a aquella señora «de tanto quererte a ti», lo que cito para pagar un poco de la deuda que todos tenemos con Rafael de León, que era de Sevilla).
Retomemos el hilo: lo que yo vi en la discutida imagen era una vaquilla festiva que tratando de mostrar un corazón vigoroso y refulgente no encontró, para ello, imagen mejor que la del ya muy acreditado corazón de Jesús y a ella se agarró como quien se apunta a caballo ganador, valga la expresión. En modo alguno me pareció la imagen una burla ni una profanación, sino, más bien, un homenaje. De reprocharle algo tal vez se podría hablar de apropiación indebida, de plagio o de violación de la propiedad intelectual en su vertiente gráfica, como quien fusila o se aprovecha de parte de un anagrama prestigioso y ajeno. En esta línea, es evidente que estos préstamos o estos robos culturales, incluso los descaradamente transgresores, solo toman por objeto de su atención lo reconocido como social o estéticamente valioso e importante.
Ya sé que todos fabricamos nuestros dioses a nuestra propia imagen y semejanza, pero no acabo de entender por qué tantos cristianos se imaginan al suyo totalmente carente de sentido del humor y tan susceptible y tan vulnerable. Francamente, no puedo imaginar al Todopoderoso ni mínimamente afectado por la discutida imagen mientras sucede lo de Gaza, lo de Ucrania y lo de tantos otros sitios. Si acaso, si puedo llegar a imaginar una presunta divina reacción a partir de la imagen y, sobre todo, de la consiguiente denuncia, sería la de una presunta divina carcajada.
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