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Contrapunto

¿O es tremendamente impertinente para el sistema soviético que alguien pueda hacer más, más barato y encima ganar un duro?

Cosme Cuenca

Gijón

Viernes, 26 de enero 2024, 01:07

No ha pasado nunca, que yo recuerde, que ante la perspectiva de una posible subida del salario mínimo interprofesional, alta o baja, un representante de la patronal manifieste acuerdo o conformidad. «No es oportuna, no es el momento, aumentará el paro», se alterará el equilibrio ... de las esferas. Luego, ejecutada la subida, alta o baja, no ocurre nada de todo eso. Es más, como es lógico, puede aumentar el consumo y, de paso, el empleo. Para el gobierno de izquierda de los últimos años las sucesivas subidas del SMI son un triunfo y una justificación moral de una política que, proclamada progresista, hace el caldo gordo al racismo sabiniano del PNV y al suprematismo catalanista no sólo de Junts. Pactamos con quien sea, nos dicen, para poder subir las pensiones y el Salario Mínimo y quien lo discuta entrará en algo tan volátil como el juicio de intenciones. Lo más curioso del SMI es que sus subidas las capitaliza quien las decide y las paga quien las rechaza, es paradójico, maravillosamente paradójico y políticamente muy rentable.

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