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Para empezar, una confesión: quizás no lo haya pasado tan bien en ningún proceso de proyecto y obra, y van siendo muchos, como con el ... de la iglesia de San Antonio de Padua en Oviedo, que debo agradecer, y lo hago de muy buena gana, a la generosidad siempre abierta y cordial de José Ramón Garcés, responsable entonces en la diócesis de las cosas del ladrillo. Y es que hay pocos temas en arquitectura tan atractivos y tan agradecidos para el proyecto y para el proyectista como una iglesia. Si añado que tal vez el cementerio, pensarán que practico la broma necro, pero no. Bueno, por algo a lo largo de la historia, digamos académica, de la arquitectura el templo es tema siempre presente y representativo que ocupa a los mejores talentos de cada época y cada lugar de Occidente.
Se podrá aducir que es así en la medida en que a lo largo de tal historia la Iglesia se ha erigido en privilegiado y poderoso promotor de obras. Cierto, pero lo que hace a la iglesia especialmente atractiva como objeto del trabajo del proyectista no es el presupuesto, el boato o la presunta ornamentación, que hace mucho que son más bien austeros y contenidos, sino la riqueza de significados. Quiero decir que todo en el tema iglesia –desde la organización espacial hasta el tratamiento de la iluminación, pasando por toda la riquísima variedad de motivos litúrgicos o iconográficos–, todo remite a simbolismos y significados compartidos, más o menos conscientemente, por toda una comunidad social que abarca desde los profesionales más integrados hasta una masa social desigualmente comprometida con el programa, pero presente y cercana.
El proyectista de una iglesia no está obligado a ser buen creyente, sino buen diseñador; no precisará profesar la fe a la que responde su obra, pero sí ha de ser receptivo y tomarse muy en serio cuanto significan los objetos que la simbolizan. Esa receptividad hacia el programa y sus ingredientes es el núcleo del imprescindible compromiso con el tema en que se ocupa. Por ello, por lo que adiestra en lectura y digestión de significados haber practicado la iglesia como tema edificatorio, siempre me ha parecido de una estridencia ecuménica el tenaz machismo de la Iglesia como institución.
Ánimo, pues, a las entusiastas clarisas rebeldes de Arriondas. Suerte y que aproveche.
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