Artes y oficios

Si en lo del 'cómic' se quedó sin ese reconocimiento –tuvo muchísimos otros– un autor oceánico como Francisco Ibáñez, el de Mortadelo, que contribuyó a la felicidad infantil, y adulta por supuesto, de varias generaciones, cómo esperar que alguno de los jurados sepa, siquiera, de la existencia Migelanxo Prado, quien ha llevado el género, y sigue haciéndolo en plena creación, a su máxima expresión estética.

Y todo esto viene a que celebro, por más que merecido e, incluso por inusual, el premio a Serrat, poeta en dos idiomas y músico brillante de muy largo recorrido, muchas de cuyas innumerables obras maestras pueden haber quedado modestamente recluidas a la sombra de sus éxitos más apabullantes. Y tanto como celebro el homenaje a Serrat, lamento que el Jurado no haya completado la tarea de incluir a quien le acompaña en el sector con no menos acierto y capacidad creativa. Sí, pongamos que hablo de Joaquín, el Sabina, menos precoz, pero más longevo, prácticamente actual, contrapunto del anterior y ya mucho más clásico que canalla. En fin, ya sabes lo que pasa con esto de los premios, sea el Nobel o el Ateneo de Cangas. Hay quien recibe del premio el prestigio que seguramente merece y quien otorga prestigio al premio en cuestión. Creo que tanto Joan como Joaquín estarían más en el segundo caso.