Así se titula una de las canciones del cubano Carlos Puebla, «un simple trovador que canta», como así figura en el epitafio grabado en su tumba en el cementerio de Manzanillo. Sus canciones más conocidas, como, 'De Cuba traigo un cantar' o 'Hasta siempre comandante', ... dejaron clara su implicación como cronista y trovador de la revolución cubana. Uno de los estribillos más conocidos y tarareados de la canción 'Y en esto llegó Fidel' es «se acabo la diversión, llegó el comandante y mando a parar».
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Esta introducción viene a cuento porque desde mi punto de vista guarda cierta similitud con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca que, en sus primeras 24 horas de gobierno firmó docenas de decretos que pusieron demasiadas cosas patas arriba, como si de una autentica revolución se tratara. También hay que reconocer que el presidente norteamericano llega al poder tras ser elegido por una gran mayoría en un proceso democrático y no por el poder de las armas, si no por el poder de los votos, nos guste más o nos guste menos. Y desde el minuto uno nos está demostrando que no iba de farol cuando en sus mítines electorales hacía un sinfín de eufóricas propuestas, que ahora va plasmando en sus decretos, aunque algún juez intente frenar sus decisiones.
Creo que a estas alturas, muy pocas personas piensan que los planteamientos de quien va a dirigir durante los próximos cuatro años la primera economía del mundo no nos van a afectar. Ya va dejando meridianamente claro que se va empeñar en desarrollar su compromiso en defender los productos americanos. Así que no nos engañemos, esto va en serio. Los productos que lleguen de terceros países si quieren vender en Estados Unidos, casi con toda seguridad se verán obligados a pagar aranceles, aunque en una de sus últimas entrevistas ha relajado sus condiciones arancelarias.
Esas propuestas pueden afectar seriamente al futuro de nuestra principal industria, Arcelor, generando preocupación e incertidumbre, como así informaba la semana pasada LA VOZ DE AVILÉS, publicando declaraciones del alto directivo de la multinacional del acero, Alain Le Grix, que en su comparecencia en la Asamblea Nacional francesa, dejó caer que todas las plantas siderúrgicas de Arcelor en Europa estaban en riesgo de cierre si no se tomaban medidas de protección. La respuesta de la Comisión Europea no se hizo esperar y su presidenta, Úrsula von der Leyen presentó hace unos días, la llamada 'Brújula para la Competitividad', para entre otros objetivos, impulsar la descarbonización y además contribuir a reducir los precios y costes de la energía. La música suena bien, pero falta conocer la letra pequeña y me temo que el exceso de burocracia ralentice su puesta en marcha y por tanto su eficacia.
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Mientras aquí, en nuestra casa, en España, nuestro gobierno tampoco ayuda mucho, después del bochornoso espectáculo de la derogación del Real Decreto 'Ómnibus' y posterior aprobación tras fraccionarlo (después los partidos se lamentaran de la desafectación política de la sociedad). Pues, más 'daños colaterales' al dejar fuera las ayudas al precio de la energía para las electro intensivas como Arcelor o AZSA. En el decreto inicial iba una prorroga con un descuento del 80% en los peajes energéticos. Una millonada, 40 millones en pérdidas. Siempre ayudando. En ese mismo decreto también iba una prorroga de un año de las causas de disolución por pérdidas acumuladas en la etapa covid, prórroga que afecta directamente a Duro Felguera, que vuelve a estar al borde del abismo de la disolución. Más de 1.500 puestos de trabajo en el aire.
Volviendo a mi pequeño análisis de las consecuencias de la llegada de Donald Trump a la Casablanca, me llama la atención un nuevo roce con nuestro presidente, Pedro Sánchez, y ya van varios. En un encuentro reciente con empresarios de las renovables lanzó la intencionada frase del 'Green baby, green' (verde pequeña, verde), en una clara apuesta por un modelo de energía completamente distinto al modelo reflejado en la frase de Trump, 'Drill baby, drill' (perfora pequeña, perfora).
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Ante dichos empresarios Sánchez apostó por una firme defensa del hidrogeno verde, olvidándose que aquí, en Asturias, los principales proyectos industriales vinculados a lo 'verde', Arcelor, Fertiberia, Central Lechera Asturiana o Reny Picot han dado marcha atrás al no considerar rentable ese modelo energético, al menos de momento.
Me da la sensación de que el americano y el español no tienen planes de hacer buenas migas y eso posiblemente traiga consecuencias y no muy buenas. Como diría un marinero de Sabugo, de los de antes, se acerca una fuerte marejada con mar de fondo.
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