Al hilo de la permuta o mutación de los edificios universitarios y otrora sanitarios en Oviedo, para facilitar un mejor y más compacto acomodo de las sedes judiciales y del Campus de El Cristo, me atrevo a hacer alguna reflexión sobre las concomitancias y divergencias ... de la enseñanza superior y la Administración de Justicia en Asturias.
Publicidad
Todos los grandes servicios públicos demandan más espacio y nuevas instalaciones; pasa lo mismo con la sanidad, aunque, en este caso, no debe olvidarse que el envejecimiento de la población conlleva, o debe hacerlo, más horas y espacios de atención médica. El Principado es un ejemplo envidiado en buena parte de España, lo que quiere decir de cualquier ámbito territorial, en materia de atención facultativa y muy singularmente en inversión hospitalaria, a la que ahora se une la esperada ampliación de Cabueñes. Pero no nos olvidemos de que no paramos de perder población y, sin embargo, se ansían más aulas, laboratorios y despachos en una universidad que, en escasamente un cuarto de siglo, ha visto reducirse su alumnado a la mitad; donde, como ocurre en otros sectores, en esta década las jubilaciones alcanzarán un auténtico récord y donde escasean los profesores en formación.
En la Justicia, ni la pérdida de habitantes ni las sucesivas crisis han mermado la litigiosidad. Al revés. Y a menor número de justiciables, mayor número de dependencias judiciales, además, cada vez más especializadas.
No voy a entrar, porque me faltan datos y cinta métrica, en si la solución pactada en Oviedo es satisfactoria para todas las partes, como los implicados aseguran; si la adecuación será mínima para los nuevos usos y si la operación es barata. Soy algo escéptico, pero reconozco que agrupar las sedes judiciales y empezar a hacer factible la extensión del campus de El Cristo a los terrenos de la antigua ciudad sanitaria es una buena noticia, tanto para la ciudadanía receptora de los servicios, como para los cientos de empleados públicos involucrados, así como para la ciudad y la región.
Publicidad
Y conste que sigo siendo un romántico, que hubiera deseado, lo que ya es un imposible urbanístico y presupuestario, que Asturias tuviera un campus único, hacia Serín o Llanera, como siempre se repite que deseaba Aurelio Menéndez, dejando el venerable edificio fundacional y sus anejos para el rectorado y los servicios centrales y manteniendo delegaciones administrativas en las otras ciudades. Como digo, es estéril elucubrar sobre hipótesis imposibles de materializar. Alguien me decía estos días que, si unas obras en la 'Y' de menos de cinco kilómetros están causando los atascos y caravanas que venimos sufriendo desde hace más de un año, ¿qué sería de haber un campus de veinte mil matriculados y cientos de docentes y funcionarios motorizados en el centro de la autopista? Las cosas llevan muchos años de una determinada manera, sin duda disfuncional y cara, pero no hay marcha atrás.
Por otro lado, la modernización de la justicia requiere de grandes compromisos presupuestarios porque los medios materiales, además, como ocurre con la Universidad, están transferidos a la comunidad autónoma, y a ella se dirigen las demandas de las autoridades judiciales. Ciertamente, cuando todo dependía de Madrid, lograr un nuevo edificio era una proeza y de ahí que haya todavía juzgados en condiciones manifiestamente mejorables, lo que no es una anécdota, como en frase desafortunada (aunque descontextualizada), dijo la ministra de Justicia, justamente, delante de las novísimas y modélicas instalaciones de Luarca.
Publicidad
Vuelvo, en este toma y daca, a las pirámides invertidas de la universidad: menos alumnos, pero se ansían más centros. Titulaciones donde casi hay más profesores que alumnos y más numerarios que ayudantes. Un verdadero desvarío y malas perspectivas para un relevo generacional progresivo y no traumático.
La Justicia, al menos, gracias a las convocatorias nacionales periódicas, al menos de jueces, fiscales y letrados de la Administración de Justicia, puede garantizar en buena medida ese relevo.
Ahora que tanto se viene trabajando con el reto demográfico, echo en falta una mayor planificación conjunta del futuro y los equipamientos de los servicios públicos. Eso es lo que lamento, aunque entiendo las soluciones de emergencia en el trueque inmobiliario anunciado en Oviedo. Porque o muchas carencias había o, para un espectador distante, resulta raro que siendo los asturianos cada vez menos, precisemos de más edificios. Como si en una familia numerosa en la que se emancipan los hijos, los padres buscaran una casa mayor. Sé que hay explicaciones, pero conviene darlas con detalles.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.