Unos viven embriagados de virtud y otros de incertezas. Hay quien cree que analizar la raíz de los hechos es lo mismo que justificarlos. Los ángeles se adormecen cuando vuelan en grupo y acaban pisando el cieno como vencejos en invierno. Es arriesgado sumarse a ... un movimiento que vacila y aún más peligroso filiarse a uno que jamás dude. Para muchas mujeres, el velo islámico es el símbolo arcaico de una sociedad teocéntrica y patriarcal, por lo tanto, enferma. Sin embargo, otras creen que es un signo de empoderamiento, contrario al neocolonialismo cultural de la raza blanca. Líbrete Dios de tomar partido si eres varón, te mandarán a la taberna con otros homínidos de tu calaña, con la misma soltura que aún hoy, para nuestra vergüenza, se desprecia a las mujeres que realizan las tareas domésticas. O macho alfa o eunuco. Según la moral tribal da igual ser retórico que coloquial. Es lo mismo tener tus cuentas al día, para la cofradía. Escoge aquella y no ésta, te dice la secta. Si no fueras así, mejor te iría, bufa la jauría. La superficie parece ser el único campo de juego posible.

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Decía H.G. Wells que la civilización es una carrera entre la educación y la catástrofe. Nos entretenemos en la cueva de la ninfa Calypso, llena de pantallas y relojes, mientras Penélope espera a un hombre que ya no existe. Una antigualla irreconocible convertida en estatua de sal y engullida por cantos de sirena. Aunque conociéramos el final, seguiríamos mordiendo la manzana prohibida y hojeando el libro escrito con veneno. Cada día es el día de algo, con ese poso de resignación con el que se maneja el peine cuando la cabeza empieza a clarear. Escuchamos las mismas proclamas todos los días: «es necesario actuar de una vez», cargándose de razones que cancelan el debate político en nombre de la inmediatez ética. Donde estaba el legislador, ahora hay un predicador sosteniendo que es posible detener la injusticia solo con buenos sentimientos. El mal se disfraza de filantropía y los lobos visten la piel de los corderos que acaban de devorar. Todo aquello que se pueda monetizar, relacionado con el cambio climático, servirá para restablecer las condiciones de acumulación y concentración de capital previas a las conquistas sociales del S. XX. Cuantos más grupos estén enfrentados entre sí, más débiles serán las acciones colectivas y más sencillo el control global.

Visto todo esto, más las guerras, hambrunas y desastres naturales, resulta curioso que el problema sea que unos pollastres -sin otro rito de paso que el coma etílico y la pornografía- hereden los prejuicios de sus padres, ignoren a Espronceda y prefieran el gruñido de la piara al amor cortés.

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