Las carnicerías de los islamistas que acogemos en Europa. ¿Hasta cuándo y dónde van a llegar sus exitosos chantajes a los 'valientes' europeos? Y, no, ... no soy facha, ni xenófobo. Me da igual que una persona sea de color verde y que su dios sea un plátano al que adora, y pienso, ante todo, que por el bien de nuestros escasos hijos europeos y por el de los descendientes de los emigrantes, necesitamos gente que venga aquí a trabajar y que tengan trabajos dignos (como todos deberían tener), con los que poder acceder a una pensión en el futuro. Pero no será así con los dirigentes que tenemos, atentos a su sueldo, poco más, y las nuevas taras de la ciudadanía del siglo XXI -cada época tiene sus taras -, como las redes sociales usadas para manipular a tontos y también para el ocio basura, desgraciadamente masivo, que conduce a que nos convirtamos, con perdón, en gilipollas, además de suicidas.

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Estos nuevos bárbaros, quizás los peores que parió la historia si exceptuamos a Hitler, Stalin y cía, van a seguir matando y exigiendo más y más, apoyados por todas las teocracias islamistas, empezando por la de Erdogan, que veta a una civilizada (hasta ahora) Suecia para entrar en la OTAN, mientras 26, el resto de países, callan y aguantan.

¡Hombre, por favor! Todo el mundo tiene miedo, por sus familiares, por sus vidas, y olvida. Les duran poco los sustos y pasan al siguiente 'guasap' de risa, o de insulto a políticos y faranduleros. Sí, pero lo que nos jugamos es el futuro. El mío, poco, pero muchos políticamente correctos tienen igual hasta cincuenta años por delante; ¿llegará su corrección a aceptar una teocracia como régimen democrático según la moda? No podemos ni hacer humor, ni dibujar a Alá, ni a sus profetas, ni blasfemar, como hay muchos cristianos que lo hacen con Cristo y no pasa nada. Aquí nuestros propios jueces ¡¡civiles!! nos meten el paquete del siglo si quemamos unos papeluchos garabateados con lo que llaman El Corán. ¿Hasta cuándo vamos a seguir haciendo el idiota?

Iba a hablarles de Belarra, como personaje, pero se cruzó Bruselas.

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