Hablamos del programa 'Mi barrio', ya saben, esa ayuda que ha resultado ser una mala copia de la renta social municipal. Verán, en diciembre del año pasado el equipo de gobierno subvencionó a 1.109 familias con casi un millón de euros. Todo ello, con ... la condición de que gastaran esa cantidad -entre 700 y 1.200 euros por grupo familiar- en los comercios adheridos al programa. ¿Les suena? Sí, es lo mismo que la famosa renta social que pusieron en marcha los anteriores gobernantes de Foro, pero con una notable diferencia: la ayuda fue directamente a las cuentas de los beneficiarios y no en una tarjeta bancaria.

Publicidad

Presumía nuestra alcaldesa, Ana González, de que este subsidio era mucho más justo. Ciertamente, el sistema de la renta social resultaba peculiar. Se resolvía por orden de llegada de las solicitudes. Quien primero las formulaba ante el registro municipal tenía prioridad. No admitía baremos por una sencilla razón: acabó desbordando la maquinaria administrativa del Ayuntamiento. Fue tal el tsunami de peticiones recibidas que era imposible pararse a calificarlas en función de la necesidad. A todas luces, mal hecho.

Con el programa 'Mi barrio' se hizo tabla rasa partiendo del baremo que aportaron desde Servicios Sociales. Problema: el dinero, de momento, no parece estar empleándose para el fin con el que se entregó. Tenía que haberse hecho antes del pasado 31 de mayo y no fue así. Quedaba en el aire por entonces casi la mitad por ejecutar (490.000 euros). Solución: ampliar el plazo hasta el 31 de diciembre. Ojo, pero ni con esas. Actualmente, a poco más de tres meses, están en el aire 476.000 euros que no han sido gastados en los comercios locales. La concejala de Bienestar Social, Natalia González, descarta volver a prorrogar el plazo. Habla por lo bajo de una especie de amnistía como salida de emergencia. Esto es, si lo gastaron en cosas como necesidades básicas, vale igual. Así, claro, no hay que reclamárselo y evitar el escándalo. Más que nada, porque va a resultar casi imposible recuperarlo. La mayor parte fue para cubrir deudas: financieras, alquileres, de consumos y similares. En otras palabras: se esfumó. Ahora, el comercio gijonés no recibirá lo que pensaban, mientras que los beneficiarios seguirán exactamente igual que antes. O sea, apuntándose a la próxima ayuda. Desastre total de la política social del Ayuntamiento. Acabaremos conociendo a este invento como 'Mi chasco'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad