El censo lo grita

En la categoría de más de 10. 000 habitantes hay 759 municipios y los diez que más crecen están en el centro, en el valle del Ebro y en Canarias. Todos tienen, además, las tasas de actividad más altas de España, pues siete de ellos repiten en las dos listas y los tres restantes están al lado.

En la misma categoría, pero en la otra esquina, están los diez que más menguan, y entre ellos destaca la gran aportación asturiana, que mantiene a sus siete titulares desde 2001, pues desde entonces vienen encabezando la lista nacional, con Cangas del Narcea al frente, y entre los siete siguientes solo se cuela Béjar. Son los concejos ex-mineros y Valdés, a los cuales volveremos a encontrar entre la veintena de los que menos tasa de actividad tienen de España y en los que dominan las rentas redistributivas sobre las productivas.

Por tanto, el paciente Astur no da síntomas de mejoría y mantiene su dolencia desde hace dos décadas. Eso quiere decir que empeora. Su enfermedad se llama contracción urbana y es epidémica en Europa, para unos es achaque y a otros los ingresa en la UCI, pues requieren asistencia continua. No se trata del tan mentado vaciamiento rural, pues nadie podría decir que Langreo, Mieres, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Aller y Lena sean netamente rurales. Son urbanamente lineales, con un paisaje que hay que remodelar en unos casos y en otros conservar activo. Son metropolitanos a su manera, a la de la excepcionalidad asturiana, que convendría rebajar para no confundir a los extraños y despistar a los propios que, sin embargo, están a media hora de varias centralidades urbanas mayores, viviendo en un paisaje como si fueran arquitectos suizos. Asombroso.

La pérdida de población no es inocua, pues ella es el alma de las regiones y está relacionada con la bajada del pulso industrioso, ya sea por la acción de la ley de la gravedad demográfica, que dice que sin vigor envejeces, o por la terapia de sedación aplicada al paciente, que lo hace inconsciente de su padecimiento y que cuando por breves intervalos se despierte lo haga con una sonrisa en los labios, antes de volver a sumergirse en la ensoñación o en la enajenación. Mérito del anestesista.

Desvitalización social y descapitalización productiva van juntas, por eso no hay que quitar importancia a los mojones que se cruzan, pues están balizando el camino de la mengua y nadie puede saber dónde parará, pues en cada peldaño las fuerzas disminuyen. Por eso más legitimo parece utilizarlas para dejar el marcador en 900.000 que en 600. 000 habitantes. Lo del millón hoy sería remontada.

Aquí el combate no está pactado a 13 asaltos. Se negocia en ciclos. Del anterior salimos con bajas. Y con altas. No se trata de hacer balance. Se trata de crear uno nuevo, mediante la reconstrucción de un proyecto pertinente, a partir de las capacidades territoriales. Que habrá que manejar con sentido estratégico, pues no todas son igual de pertinentes en el tiempo que corre. En estos asuntos regionales suele considerarse que una de las significativas es la disponibilidad metropolitana, que en Asturias está probada por muchos indicadores. Como capacidad no es una entidad, sino una visión para activar una plataforma que sirva de cabecera e integre eficazmente a los concejos que fueron mineros y acomode la peculiar ruralidad astur del occidente. Y, a su vez, se acomode entre los del Canto Noroeste Peninsular.

En este difícil proceso hará falta desprenderse de hábitos no saludables que el paciente acumuló en el pasado ciclo. Si entonces tenían sentido porque eran un complemento al género de vida que practicaba, en uno nuevo no tienen cabida. Como reconoce el cuadro médico que lo trató, pero que sin embargo decidió no corregir, ya fuera por estulticia, por compasión, por mala praxis, por cálculo interesado o por taparse los oídos. Ahora el censo lo grita.