Cartas de amor al Teatro

La concesión del Premio Princesa de Asturias de las Letras a Juan Mayorga supone uno de esos escasos hitos con los que el Teatro se ve distinguido, una rareza luminosa o, por extraño que parezca, un acto de plena justicia: frente a la profusión de galardones con destinatarios exóticos o discutibles, la Fundación atina al honrar la trayectoria que ha desarrollado -y desarrolla- uno de los nombres insignes en la escena patria e internacional, transido de plena conciencia consigo mismo.

Juan Mayorga -profundo, certero- espolvorea clasicismo en la contemporaneidad, pergeñando textos que denuncian mas no aleccionan, que plantean sin presuponer, que fomentan la curiosidad del auditorio desde una perspectiva humilde, comprometida o sagaz. Asimismo, el autor madrileño genera respuestas sin preguntas -sí, han leído bien (y no a la inversa)-, a través de unos diálogos en los que el silencio -el silencio más inmisericorde- protagoniza parlamentos inesperados, colándose por los intersticios de esa verdad a la que Mayorga interpela.

Parafraseando el título de una de sus piezas -'Cartas de amor a Stalin'-, Juan Mayorga hilvana auténticas cartas de amor al Teatro, a ese Teatro que, aún gallardo, esquiva minúsculas castrantes, encarando sin complejos otra centuria enloquecida.