Carta a nuestro Gozchila mayor

En unas horas volveremos a la cruda realidad sin ti y, Vanesa, Hugo, tus padres, todos lo que te queríamos, tus perros que adorabas, tu gran familia, tu máquina de cerveza, tus pedidos de productos extranjeros estarán pendientes de cuándo entrará en la casa ese cuerpo de 190 centímetros de bondad, socarronería, firmeza e ideas muy sólidas en todos los campos. Guaje, estarías diciendo ahora, esta vez empezad sin mí, porque voy a llegar a tarde. Tus Gozchilas, capitán, están rotos de dolor.

Hoy, nuestro grupo de mensajes está igual que nosotros. Quién se atreve a lanzar el primer tema para el debate, quién se atreve a recordar a nuestro Tono de una forma que no sea para decir lo que todos sabemos. Hay que ser fuertes. Y lo seremos. Te prometemos que lo seremos, lo seremos por ti y por tu gente, porque tú harías lo mismo por nosotros. Qué caprichosa es la vida. Ese mediodía todavía estábamos riéndonos juntos y, pocas horas más tarde, esperábamos que tu mismo analizaras el suceso en el que había perdido la vida un compañero. Pero ese último mensaje nunca llegó. Silencio. Silencio absoluto. El grupo se paró, vimos tu foto en los medios y se cayó una parte del mundo que construíamos a diario juntos. No te voy a contar lo que pasamos. Te lo imaginas. Pero sabes que tus Gozchilas son cabezotas. Y aunque algunos somos más débiles ante estas noticias, ahí están todos juntos y así seguiremos. No te extrañe si hasta pedimos que nombren una plaza con tu nombre en Mieres siempre que tenga canasta de baloncesto. Sí, ya sé, guarda tus comentarios hacia nosotros. Ahora eso depende de tus dinosaurios. El baloncesto nos unió, capitán. Y no quiero convertir este recuerdo en un saco de tópicos. Quiero hablarte de baloncesto, porque nuestro deporte nos hizo mejores, nos hizo crecer, nos unió, nos hizo mayores, nos enseñó que la vida es más que un problema. Sabes que yo nunca me podía parecer a ti. Y cuando jugábamos, demostrabas que el compromiso no era una excusa, era una seña de identidad para reconocer a los buenos. David, Argüelles, Dany, Arturo, Rafa, Guille, Mier, Oli, Nello, Mencía, Bertín y seguro que alguno más, jugaremos un partido cuando podamos. Te lo prometemos. Un partido por ti, en el que te vamos a enseñar lo mucho que aprendimos contigo. No te gustaban las cosas cursis, pero somos así de débiles, porque tú eras el motor del grupo, el 'duru' del equipo, el pedazo de pan que se deshacía cuando hablaba de sus 'bichos' o de sus sobrinos. Vamos a invitar a Hugo, que se parece más a ti de lo que piensa. Quizá en baloncesto no tuviera tu juego, pero tiene la cabeza igual de rápida que la tuya. Eso, creo, lo heredaste de tu padre, por cierto, un hombre honesto que siempre nos acompañó en multitud de partidos.

Tonín, capitán, tus Gozchilas están sin ánimo. Dinos algo para volver a caminar. El chat seguirá abierto y lo vamos a mirar a diario. Te queremos, nunca te olvidaremos, siempre estarás muy presente en nuestra vida. Hoy y siempre. Esta ronda va por ti. Nunca nos defraudaste, déjanos que volvamos a la realidad en unos días. Pero no te irás, capitán, porque el poste necesita de tus movimientos para ganar. Hoy y siempre, tus Gozchilas te recuerdan.

Juan Carlos Fernández Cuesta es periodista, amigo de Tonín, el guardia civil arrollado en Mieres y miembro orgulloso de los Gozchilas, el grupo liderado por nuestro capitán y que hoy firmamos esta carta.