Gijón afronta un momento decisivo. Tras la ampliación del Puerto, la consolidación del Parque Científico y Tecnológico, la recuperación de la actividad en la Universidad ... Laboral y la ampliación del Hospital de Cabueñes, que se retomará en breve con mayor ambición, llegan nuevos proyectos que llevarán a la ciudad definitivamente al siglo XXI. Tabacalera, Naval Azul, Hospital Quirón y la Universidad Europea constituyen el gran reto de una ciudad que debe mirar al futuro sin miedo. Y ante estos descomunales retos, Gijón necesita que sus instituciones se muestren sólidas y unidas, en ese espíritu jovellanista que propició, por ejemplo, que aquí se crease el primer instituto de España, la Feria de Muestras o la Caja de Ahorros de Asturias. Porque el único temor que tengo es que ese buenismo de Gijón se convierta primero en amenaza y luego en yugo frente a Oviedo. Sí, soy localista y defiendo a mi ciudad ante ese 'looby' carbayón que quiere apoderarse de todo. Capitalidad Gastronómica, Cultural, del Deporte, centro turístico, de ocio y de congresos...que está muy bien que lo pelee, pero Gijón no debe caer en ese cerco silencioso y fagocitador que amenaza su futuro. Y para ello se necesita mucha energía y mucha unidad desde la Casa Consistorial, la Cámara de Comercio y el empresariado local. No querer ver las amenazas capitalinas, mantenerse pusilánimes y desproteger las alianzas locales es arriesgar el gran futuro que nos espera.
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