Este 14 de junio ha fallecido mi apreciado don Gabino Díaz Merchán. Como arzobispo de Oviedo, desde 1969, y como presidente de la Conferencia Episcopal Española, desde 1981, fue un personaje clave en la Transición y también para la Iglesia española en la joven democracia. ... Siempre será recordado.

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Lo conocí personalmente cuando yo era vicario general de Santander, pues era muy amigo de mi obispo, don Juan Antonio del Val, de su tiempo de estudiantes en Comillas. Mantuve el contacto con él cuando fui nombrado obispo de Orense en 1997 y, apenas cinco años después, me recibió con gran alegría cuando fui elegido para sucederle en la sede ovetense. Dado que vivíamos en la residencia sacerdotal, me ayudó mucho a lo largo de esos años y le pedí consejo en incontables ocasiones. Fue un hombre con un profundo amor a la Iglesia al que nunca oí hablar mal de nadie, sino que siempre tenía una palabra de aliento y esperanza. Fue padre, consejero, hermano, amigo… y así lo he considerado después, tanto cuando me mandaron a pastorear la Iglesia que peregrina en Valencia como en estos últimos años en Madrid.

Siento profundamente su muerte y me sumo a la oración por su eterno descanso de los asturianos, que tanto lo quisieron, y de toda la Iglesia. Estoy seguro de que él ya descansa junto a nuestra Madre, a la que tanto cariño tenía en su advocación de la Virgen de Covadonga

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