Con la llegada, esta misma noche, de los Reyes Magos acabaron un año más las fiestas de Navidad. Para muchas personas estos pocos más de quince días se hicieron eternos.Y, sobre todo, para quienes sufren la pérdida de algún ser querido o para quienes ... tienen por compañera a la soledad no han sido fáciles de llevar

Publicidad

Sin embargo hasta aquí hemos llegado y el próximo lunes estas fiestas ya solamente serán recuerdos.

Alguien dijo que los días pasan muy despacio, pero los años van muy rápidos y debe de ser verdad. Recuerdo en mi época de alumno ir al colegio con un calendario de bolsillo en el que iba tachando los días, y puedo asegurar que se hacían tan eternos que nunca conseguí llegar a finales del mes de enero.

Pero antes de que nos demos cuenta estaremos en carnaval e, inmediatamente después, en Semana Santa.Luego el verano y, como canta Sabina, «el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno» y volveremos a unas nuevas Navidades y, como en una noria, continuaremos dando vueltas hasta que nos digan que llegó la hora, definitiva de bajarse.

Viviremos este año recién comenzado bombardeados con noticias acerca de una guerra, hoy en Ucrania, mañana en otro lugar; con la bronca constante en una sociedad cada vez más pobre, cada vez más crispada. Y sería bueno saber quién se beneficia de esa confrontación, con tantas características similares a otros tiempos pasados que, nadie lo olvide, no fueron mejores.

Publicidad

Sin embargo como en el poema de William Wordsworth «gracias al corazón humano, por el cual vivimos, gracias a sus ternuras, a sus alegrías y a sus temores, la flor más humilde, al florecer, puede inspirarme ideas que a menudo se muestran demasiado profundas para las lágrimas».

Sería bueno acogerse a ello.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad