Un burdo rumor

Resulta sarcástico que un ministro-cuota, que nadie sabe para qué sirve, teniendo en cuenta que prácticamente todo el consumo es de competencia autonómica, nos recomiende desde su poltrona que evitemos las carnes rojas, cabreando a la vez a los ganaderos y a los que ... no podemos permitirnos chuletones y tenemos que acudir a cortes más económicos. Por bastante menos guillotinaron a María Antonieta, que invitó a los hambrientos a consumir bollos suizos, como sustitutivo de un pan que había subido de precio. Y digo yo, ¿no sería más positivo promocionar el consumo de frutas y hortalizas, sobre todo las raras variedades que todavía saben a lo que aparentan? Discúlpenme los conversos de uno y otro lado, pero yo no me creeré jamás los intentos de salvación del planeta de cualquier Gobierno que no tome como primera medida una reforestación radical de España, esa mezcla sublime de acentos y sentimientos centrífugos que apocadamente llamamos 'este país', como si nos refiriéramos a algo de lo que en el fondo nos avergonzamos. Dicen que les preocupa la despoblación de nuestros pueblos, pero lo único que se les pone a sus habitantes son trabas, responsabilizándoles indirectamente de culpas que no les corresponden. Luego comentarán que él quiso decir... O se refería a..., como si nos pudiéramos permitir el lujo de procesar mensajes ambiguos, más propios de un profesor de Formación del Espíritu Nacional que de un político de izquierdas. Hablan y no es que suba el pan, es que baja la carne, mientras la luz supera todos los límites conocidos, justo cuando pretenden imponer por decreto el coche eléctrico.