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Aprobado el presupuesto más grande de la historia de Asturias por una amplia mayoría (5.237 millones de euros), ahora toca ver cómo se paga. Sí, ya sé que me dirán que eso también está contemplado en las cuentas, pero yo diría que de una ... manera muy 'sui géneris'. Es decir, si bien los gastos se encuentran más o menos contemplados con cierto grado de certeza, los ingresos suelen ser ese talón de Aquiles por donde crece el agujero presupuestario. Dicho de otra manera: normalmente, se suele ser demasiado optimista con el nivel de recaudación que está previsto. No les voy a contar en estas circunstancias pandémicas, porque lo peor del hundimiento económico está por llegar. En este sentido, Asturias parece que lo fía todo a los fondos de diversa índole que se prometen. Una lluvia de dinero público que como el maná regará esta tierra de nuevo. Y digo otra vez, porque si de algo sabemos los asturianos es de que nos den dinero en cuantías importantes, para luego gastarlo de cualquier manera y no invertirlo. Cosa bien diferente si lo que queremos es buscar un futuro o seguir en la decadencia que estamos viviendo.
Miren ustedes, por aquí con los sucesivos planes mineros cayeron unos 6.000 millones de euros. ¿Sirvieron acaso para algo? ¿Son las comarcas mineras ahora un polo de atracción de empresas o lugares semidesérticos de donde huyen sus habitantes, entre otras cosas, porque no hay trabajo? ¿Para qué sirvió el campus de Barredo (Mieres), dieciocho años después de su inauguración, si está medio vacío? ¿Es quizá el macrogeriátrico de Felechosa -la zona cero de la corrupción por el 'caso Villa'- algo de lo que tengamos que estar orgullosos? En esta nueva etapa, hay fondos para todo. De cara a mitigar la lucha contra la covid tenemos, por ejemplo, la Ayuda a la Recuperación para la Cohesión y Territorios de Europa (REACT-EU). De momento, nos van a llegar 196 millones de euros en dos anualidades por esta vía. También hay un Fondo de Desarrollo Regional (FEDER) y Fondo Social Europeo (FSE). A eso tenemos que sumar los provenientes del proceso de descarbonización. O sea, el de Transición Justa hacia una «economía verde» que debe financiar los proyectos que se presenten. En resumen, un 'Bienvenido, Mister Fondo' en toda regla. Como ven, por nombres rimbombantes no va a ser. Muy diferente es que se sepan utilizar como palanca de progreso. Sinceramente, algo que está por demostrar.
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