El miércoles de la pasada semana organizaba EL COMERCIO un desayuno informativo con Adrián Barbón en el Club de Regatas de Gijón. Allí acudí y fue el momento de estar y compartir criterios con Marcelino tristemente por última vez.

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Hablamos de la redacción de un ... artículo que yo tenía en mente sobre África, ese continente tan cercano y desconocido a la vez. África está atravesando una situación altamente compleja y sobre ello me dispuse a escribir. Precisamente me había comprometido a enviárselo estos días e intenté comunicarme con él para hablarle sobre algunos flecos que me proponía pulir. Fue entonces cuando me llegó la desgarradora noticia, que no estaba dispuesta a asumir dada su juventud y vitalidad. Cuando me confirmaron su fallecimiento aún me costó asimilarlo. Marcelino se encontraba en ese pequeño grupo de personas que deberían vivir para siempre.

Perdemos un pensamiento grande y también un hombre grande en su sencillez y humildad. Que no se detenía solo en los acontecimientos del momento, sino que también miraba hacia el futuro, adelantándose incluso a los avatares más inesperados. Sabía predecir el futuro y al modo poético de Jorge Manrique «juzgaba sabiamente lo no venido por pasado».

El periodismo lo llevaba en su ADN y de tal modo arraigado su espíritu de trabajo que mantenía mente y cuerpo inmersos en el mismo desde la mañana hasta la noche. Esto sin duda gracias a su generosa familia, privada largos momentos de su compañía por su intensa dedicación a su vocación periodística.

Amigo sincero y leal, siempre dispuesto a escuchar sugerencias, a realizar proyectos, y de tal importancia como el que recientemente tuvo lugar en Oviedo, el Foro de Oportunidades y Colaboración África-España, FOCAE, que logró reunir en Asturias más de 20 países africanos.

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Desde FEDA (Federación de Empresarias y Directivas de Asturias), que me honra presidir, queremos rendirle este sentido y emocionado recuerdo, a modo de homenaje, como adalid que siempre fue de nuestras aspiraciones y de nuestra búsqueda de la deseada visibilidad, pues no en vano con Marcelino se operó el importante traspaso de nuestros logros, de las páginas de Sociedad a las de Economía, convirtiéndonos en ocasiones en protagonistas de portada, plenamente comprometido con la igualdad.

Marcelino, nadie se va del todo mientras sea recordado y desde luego siempre permanecerás en nuestro pensamiento.

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