Yo era atea, pero ahora creo... Creo estar recuperando la fe en una religión tan indulgente como la católica, que a quien la ofende o ridiculiza le dispara (como mucho) con agua bendita. Que pruebe Tangana con otras creencias. A que no se anima... Normal. ... Yo tampoco me animaría. Los experimentos, con gaseosa. Y en este caso concreto, con 'la casera', la religión en la que seguramente fue bautizado y donde sabe que su presunto sacrilegio no tendrá más consecuencia que una purificación con cirios, un padrenuestro y cinco avemarías...

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Según voy escribiendo esto, y me viene a la cabeza el reciente 'mea culpa' del Papa Francisco admitiendo que la pederastia es «nuestra vergüenza», o sea, la del clero, me va cayendo mejor el catolicismo actual. Lo que ocurre es que ya es tarde para una conversión a lo Tangana. En esto me pasa un poco lo que al difunto Boyer. Según ha relatado Tamara Falcó, su 'tito' Miguel solía sacudirse de encima a los pertinaces testigos de Jehová y otros apóstoles del 'tupperware' de la fe a domicilio con una revelación incontestable: «¿Religión? No creo ni en la mía, que es la auténtica, como para creer en las otras...».

Pues eso. Doctrinas, las justas. Y cuanto más cuestionables, mejor. Pero circulan hoy catecismos laicos de la corrección política y otras modernas creencias (muy arraigadas en una especie de nueva fe inquebrantable) que nadie se atreve a contradecir por miedo a que le envíen a la 'Atea Inquisición'. Antes de ver la paja en ojo ajeno e ironizar (que por qué no) con la ocurrencia del deán de la catedral de Toledo, reflexionemos (hermanos) sobre nuestra tolerancia a la 'herejía'. A Tangana, por ejemplo, le estaría bien que en sus conciertos su público se pusiera a corearle el Padre Nuestro... Ahora que ya no es ateo.

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