Asturias va a menos. La natalidad sigue bajando, la población está cada vez más envejecida y la población activa disminuye. Somos tierra de jubilados, prejubilados, empleados públicos y parados que perciben ayudas porque el resto, es decir, la parte productiva privada, es casi marginal.

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La ... pirámide poblacional de Asturias es un rombo, dentro de dos décadas será un triángulo invertido y dentro de tres habrá perdido más del 50% de la población. Asturias está donde está por méritos propios, por una gestión indolente y desastrosa durante décadas que la ha condenado al vagón de cola de la economía española. También tienen buena parte de culpa todos aquellos que, sintiéndose muy revolucionarios, prefirieron gozar en Benidorm de una atractiva prejubilación a costa de dejar un páramo laboral para sus hijos. Como decía el economista austriaco Schumpeter, nada es eterno en la vida y los ciclos económicos y los sectores sobre los que se apoya una economía van cambiando, pero en Gales, Escocia, Bélgica y muchos otros lugares las cosas se han hecho mejor, lo cual no era difícil, y se han generado industrias alternativas a las que se cerraban, mientras que aquí no se ha hecho nada, salvo perder el tiempo y generar una gigantesca administración pública autonómica que sólo sirve para abrumar con su burocracia al ciudadano. Los recursos deben destinarse a Sanidad y Educación, no a burocracia.

El Estado de las Autonomías ha acelerado el declive de Asturias al ser una provincia única, orillada en el mapa y sin el más mínimo peso político ni económico. Hemos recibido poco y lo hemos gestionado aún peor. Somos, junto con Extremadura, los grandes perdedores de este ineficiente reino de taifas en el que se ha convertido el país, ese del que muchos sienten vergüenza de decir su nombre. O sea, España. Perdón. Ese país que pretende luchar contra el covid con 17 planes distintos, como si el virus distinguiese entre territorios o lenguas. Ese país que fue incapaz durante muchos meses de fabricar una sencilla cosa llamada mascarilla y que es sólo un trozo de tela cosida a una goma.

Puede uno alinearse con posiciones liberales, tipo reaganianas, en la línea de economistas como Laffer, u optar por las ideas keynesianas con economistas tipo Krugman, etc., pero no hay ni un solo modelo económico en el mundo que sostenga o defienda que una economía basada en la burocracia pública, los subsidios y prejubilaciones sea sostenible a largo plazo. Y eso es lo que hay aquí. Pero al igual que el dinero llama al dinero, la miseria subsidiada genera población indolente, porque la gente ve que es la manera más fácil y casi la única que tiene para sobrevivir y eso genera un bucle letal. O sea, la 'paguina'. En Asturias los autónomos y pequeños empresarios son ninguneados y están sólo para pagar. Algo así como en aquella película de Groucho Marx, cuando decía «hoy no tengo tiempo para comer, tráigame ya directamente la cuenta».

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Hemos pasado de ser locomotora a ser vagón de cola a punto de desengancharse, de ser líder político a no pintar nada, de ser tierra próspera a vivir de ayudas y ser un geriátrico subvencionado. Una Asturias en la que se diseñan ciudades para los ciclistas cuando ya hay más gente que lleva bastón que jóvenes sobre dos ruedas. En la Asturias del futuro habrá perros, muchos perros y mascotas y… algunas personas por la calle en bicicleta o patinete. El resto estará en los geriátricos. Tenemos más jubilados que población trabajando, cuando la proporción para ser sostenibles las pensiones ha de ser casi 4x1. Es decir, si Asturias tuviese que afrontar el pago de las pensiones, tendría que reducirlas en un 75%. O sea, quien cobra 1.600€, pasaría a percibir 400€. Si Asturias dejase de recibir transferencias estatales, en pocos años estaríamos al nivel de Bulgaria, ese país de la Europa del Este al que le cuesta recuperarse de aquella etapa oscura en la cual la población malvivía, mientras que las élites sindicales y políticas veraneaban lujosamente en el Mar Negro. En aquella Bulgaria nadie protestaba porque había una especie de 'omertá', o código de honor siciliano por el cual la gente se calla por la cuenta que le trae.

La frase histórica de 'Asturias qué guapina yes', pasará a 'Asturias, qué probina yes'. La sociedad civil tiene que despertar, porque como dice un proverbio chino 'no esperes que te aporte la solución quien te ha generado el problema'. Asturias: ¡Quién te ha visto y quien te ve!

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