El modelo asturiano se basa en ser selectivo. Es decir, no contempla, por ejemplo, la rebaja de impuestos a toda la población, sino a determinadas capas elegidas previamente por nuestros gobernantes. Al menos, eso es lo que se ha escuchado durante las negociaciones para aprobar ... los presupuestos del próximo ejercicio. Nuestro presidente, Adrián Barbón, lo denomina la «vía fiscal asturiana» y mientras en otras comunidades deflactan el IRPF, aquí no parece que se vaya a hacer ni por asomo. Ahora bien, ese concepto de para unos sí y otros no se aplica a todo. Fíjense en lo siguiente. Un día como ayer, festividad nacional, muchos asturianos cruzaron la autopista del Huerna en dirección sur. Mientras en otras partes de España han eliminado el peaje por completo (o casi) en cualquier circunstancia, aquí solo se obtienen rebajas desde el tercer viaje. Esto es, los que fueron a León a pasar la jornada tendrán que pagar el sangrante precio por kilómetro de la autopista más cara del Estado. Eso, sin duda, también es discriminar a los asturianos.
Publicidad
La consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Melania Álvarez, dejó un suculento titular en estas mismas páginas. «Me parte en dos», dijo, «ver menores que aspiran a vivir del salario social». Refiriéndose, claro está, a la situación en la que se encuentra la ayuda más famosa del Principado. Según Álvarez, pese a haber firmado un convenio con varias entidades para la formación o integración laboral, solo se consiguió que menos de la mitad de los beneficiarios aceptaran un puesto de trabajo. El resto: o bien lo rechazaron por distintos motivos, o bien ni siquiera se les pudo localizar. Tenemos, pues, que el mecanismo implantado para la luchar contra la exclusión social, hace aguas a la hora de cumplir objetivos. Entre otras cosas, porque lejos de rebajar el número de usuarios en épocas de bonanza, aumenta año tras año con independencia de cómo sea el ciclo económico. Digamos, por tanto, que la selección entre asturianos se produce de la siguiente manera. Hay quienes trabajan, pagan sus impuestos y otros, en cambio, aspiran a vivir del maná social. Amparados en que el sistema tiene muchas vías de entrada y pocas de salida. Sustentados con una gruesa capa de barniz ideológico que protege los abusos que se puedan cometer. La Asturias selectiva, en resumen, tiene tantas ramificaciones como un árbol. Eso sí, la sufrida clase media no suele entrar en ninguna de ellas.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.