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Podríamos decir que parte del electorado asturiano todavía no ha encontrado lo que buscaba. Sin duda, conclusión que debemos sacar al ver los movimientos sociales que se están produciendo. Ojo, todo ello a poco más de un año de los comicios locales y autonómicos. La ... sensación de desconfianza de este votante hacia la política tradicional es más que evidente. Aumentada, claro está, por un escenario de inestabilidad económica que agobia sobremanera. Primero fue la covid quien apretó las clavijas y, ahora, huelga decirlo, un contexto hiperinflacionario por la guerra en Ucrania. En resumen, la desafección hacia los partidos -se piensa que no resuelven los problemas- está en alza y tiene como consecuencia que puede pasar cualquier cosa. Entre otras, que la primera generación de formaciones que surgieron de ese descontento popular acabe siendo amortizada. Hablo de Ciudadanos, Foro o Unidas Podemos, cuyas expectativas electorales se encuentran a la baja. Es más, para muchos de sus votantes han incumplido con la confianza que en su día les dieron. Dicho de otra forma: se han vuelto parte del problema y no la solución. Por ello, se prevé una campaña larga y agitada tratando de captar el disgusto de una Asturias líquida: la que no tiene el voto cautivo a ninguna ideología y prefiere apostar por lo nuevo.

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elcomercio La Asturias líquida