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Cuando la reina Isabel II soltó este latinajo, quienes ignoraban ese latín ya esfumado del bachillerato pensaron que la reina hablaba de su horrible trasero o ano, retaguardia vapuleada por el tiempo, eso que el cómico Joaquín Reyes llama culo carpeta. Pero no. La vieja ... reina no hablaba de sus posaderas, ni del pesar por su hijo y duque de York, que le está costando millones el exonerarle de sus implicaciones en redes de pedofilia. Elisabeth Two es, vean la serie televisiva The Crown, una mujer tan mortal y tan humana como usted o yo, y con lo de 'annus horribilis' se refería a sus dramas anuales, al divorcio de la princesa Ana, al escandaloso 'Tampongate' palaciego montado por el trío Camila, Diana y Charles, al incendio del Palacio de Windsor y a otras decepciones. Se dolía de la retaguardia, claro, que la política es cosa muy cruel, coloca al profesional de ella en un escaparate o candelero, y le despoja de toda intimidad. Basta con que algún personaje público meta el índice en la nariz para sacar bolitas de moco, o se rasque las ancas en la tribuna del desfile del Día de la Raza, para que cualquier fotógrafo anónimo registre el dato y lo difunda, que pronto un coro de correveidiles hará mofa de ello y mellará dignidades. Buenos son los tuiteros, 'hidepús' que a todas horas andan a la que salta.

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elcomercio Annus horribilis