![Andar en la Luna](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202109/10/media/cortadas/67497763--1248x1762.jpg)
![Andar en la Luna](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202109/10/media/cortadas/67497763--1248x1762.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
La tradicional piquilla con los vecinos trasmontanos mezcla cazurrería y babayismo. Ejemplo de lo primero es llamar camino de cabras a la autopista del Huerna. Y de lo segundo, pagar 14 euros por usarla y quedar contentos. Ella da continuidad a la 'Y'. Ambas fueron ... de primera generación. Disruptivas. Con ellas Asturias mantuvo el ritmo, y se presentó al concierto nacional acompañada de una gran ciudad. Solo le faltaba un eje de saturación de comunicaciones. Así que hace medio siglo también se planteó la variante ferroviaria de Pajares. Al menos la autopista se concluyó. Y con ella superamos, en parte, el horror al vacío que según Ortega producía precipitarse por las rampas payariegas. Que, por cierto, siguen como él las vio, pues renunciamos a la oferta de su necesaria mejora. No hay quien nos entienda...
Pero, al menos, tenemos una autopista escénica. Cuyo precio está a la altura de la contemplación que permite: cumbres calizas apenas holladas, y todo lo demás bordado. A los lados de la divisoria. Los dos son complementarios. Cada uno aporta su toque: sequía veraniega que convierte en estepas las altas plataformas del sur, y profundos valles al norte, que conducen la humedad del mar por el Huerna hasta la embocadura del Negrón. Son una veintena de km de sinuoso trazado, para no superar el 6% de pendiente. El producto fue un orgullo de la ingeniería, al que justamente contribuyó el puente atirantado Carlos Fernández Casado, dedicado al catedrático de Caminos, ingeniero de telecomunicaciones, licenciado en Historia, en Derecho (a los 70 años), artista, intelectual, amigo de Lorca y de Zubiri. Desde su oficina de proyectos realizó naves industriales en Avilés, Castrillón, La Felguera, o la Cruz del Valle de los Caídos, los antiguos Santiago Bernabéu y San Mamés, e inspiró a Javier Manterola Armisen el viaducto que, con 440 m de luz, es un hito mundial. Fernández Casado alarga la generación del 27 de notables ingenieros españoles, la mayor parte relacionados con Asturias, como José Ribera Dutaste, Ildefonso Sánchez del Río, Diz de Bercedoniz o Francisco Bustelo. A la que dieron continuidad José Luis Nuñez, Antonio Linares, Enrique Lafuente, Guillermo Goizueta y su hermano Javier, Francisco García Mata, Luis Galguera, Ignacio Arango... Proyectistas de la vía que, hecha con mucho conocimiento y bastante aventura lleva a la Luna.
A su vera se columbra Caldas, que junto a Vega y Robledo constituyen la primera burbujilla de tal comarca. Los tres pueblos se sitúan al respaldo de la plataforma cumbreña y tienen en común el gusto por el arte. Lo prueban las esculturas dedicadas al pastor trashumante, al perro mastín leonés, a una xana -supongo- y al alcalde. Son obras de sor María Isabel Pérez Gago, artista octogenaria, licenciada en Bellas Artes y doctora en Filosofía y Letras, que quiso homenajear a los pastores 'del pueblo más ganadero de Europa', inscripción grabada en el cayado del pastor que, con su perro carea Guto recibe al viajero en Robledo. La artista abrió un nicho de mercado. Al año siguiente los de Vega le pidieron la del mastín, y los de Barrios «un rebañín , pero completo». Para Caldas pensó en una corza, que se ajusta muy bien al ambiente balneario de una localidad que, por su accesibilidad, bien podría ser el Davos astur-leonés. Cruzando el puente, en la otra cola del pantano, está Pobladura, pueblo caminero que recibe con la Virgen de Covadonga impresa en un chalé que conoció tiempos mejores, y cuya tipología contrasta con las casas comarcanas, de buena piedra, planta rectangular, cubierta de pizarra a dos aguas y coloridos dinteles. Están corridas entre largos muros de fábrica, testimonio de funcionalidad ganadera, pues Luna y la vecina Babia son un yacimiento de pastos, sus pueblos estaciones de bombeo, y la cañada real la vía de extracción. Lo que explica la amplitud de la carretera provincial a León, las blasonadas casas y las potentes iglesias locales. Son réditos de la trashumancia, ya procediera de tierra de Cameros, del Real Monasterio de Jerónimos del Escorial o la ejercieran los naturales, entre los que destacan los Flórez, Sierra Pambley, Quiñones, Lorenzana...
A una legua y en el siguiente replano del valle está Sena. Cabecera municipal, buen restaurante y alojamiento para disfrutar en Días de Luna. Los que muchos jóvenes asturianos pasaron en el campamento de la OJE allí instalado. Eran otros tiempos. Antes, hacia 1935, Luis Llanos Silvela proyectó la presa de Barrios, cuyas obras comenzaron diez años después, concluyéndose en 1951. El embalse anegó la vega, cubriendo once pueblos y la cañada real; a cambio, el páramo dejó de ser estéril, para acoger una potente industria cervecera, pues las 50.000 has. de regadío dieron para eso y más. Mirantes es otro símbolo del proceso. Por un lado del pueblo histórico solo quedan la iglesia y su tejo; y por el otro apareció el Club Náutico, remanso de modos, e ignorado por los asturianos, quizás por considerarse lobos del mar Cantábrico. Aunque un escenario como éste bien merecería un 'lobinho'; y no solo para disfrutar de la apacibilidad de las aguas, sino también de la pureza del paisaje que componen las albas calizas colonizadoras de los sabinares de Luna, los más septentrionales de la península. Sus elementos, en formación abierta, de porte cónico y color verde oscuro, recuerdan a un despliegue de civiles escaqueados buscando encapotados al toro enamorado de Luna. Que si no anda por aquí, estará en Babia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.