Si eres mi amiguito, te perdono el delito

Pues resulta que, como bien sabrá el amable lector, Pedro Sánchez pretende indultar a los corruptos, perdonar a los amigos, a los cercanos, porque aunque hayan delinquido, su omnímodo poder le permite aliviarles la pena. Parece mentira que vivamos en ese tipo de mundo todavía, en el que la justicia se aplica según seas o no amigo del poderoso. Cuando escribo estas líneas, el presidente Pedro aún no ha tomado una decisión al respecto. Ha lanzado el globo sonda para tantear cómo reacciona el personal, medio aletargado por el período vacacional, y valorar cuánto le puede perjudicar a él -que es lo primero que le importa en este mundo-, el hecho de perdonar la condena a sus amiguitos andaluces. Ozú mi arma, qué majos son los andaluces, que con esa gracia que tienen hay que perdonárselo tó. Pero tó de tó, que son muy salaos y los chistes los cuentan muy bien. Tal vez cuando se publique esto exista ya resolución al respecto de este tema. Imagino que no, dado que buena parte del personal disfruta del período estival e ignora las noticias. Y él también. El presidente tiene que broncearse un poquito para lucir hermoso en septiembre, y seguir viajando por Europa, paseando su palmito, porque hay que reconocer que los trajes le sientan muy bien, y además, habla inglés. Ya Pedro, ya, pero para ser digno presidente de este país se necesita algo más que lucir palmito en traje y hablar inglés. Se necesitaría no eliminar las consecuencias judiciales de delitos de la magnitud de los que han perpetrado Chaves y Griñán, porque eso es una ofensa para todos los andaluces, por lo que les han robado, y para el resto de los españoles, porque dicha comunidad recibe muchos fondos. De Madrid, precisamente, de ese lugar al que tanto critican. El presidente del Gobierno, desde esas cumbres bilaterales en las que tanto se prodiga últimamente para su mayor lucimiento personal, en este caso en Varsovia, ha asegurado que en la ratificación por el Supremo de la condena del caso de los ERE contra los ex presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán, «están pagando justos por pecadores». O sea, que sus amiguitos son los justos, ellos no hicieron nada, ellos pasaban por allí, y lo que diga la justicia no vale nada porque ¡qué sabrán los jueces! Sus buenos amiguitos son inocentes y no hay nada más que verles la carita angelical.

Resulta que la confirmación de la sentencia, en el caso de Griñán, supone el cumplimiento de 6 años de cárcel por delitos de prevaricación y malversación. Ná, chiquilladas, travesuras que se le pueden perdonar a un amiguito, que te ha ayudado, vaya usté a saber cuánto y de qué manera. También parece que Sánchez señala que hasta septiembre no va a tener una lectura clara, o sea, vamos a dejar pasar la bola el veranito y a ver qué pasa. Y dado que los afectados ya dimitieron de sus responsabilidades políticas hace más de un lustro y, además, ambos ex presidentes socialistas no han sido condenados, ni siquiera acusados de haberse lucrado, de haberse llevado ni un céntimo de euro, ni de haber financiado irregularmente a organizaciones políticas, pues se les quita la condena y aquí no ha pasado nada. Sánchez ha especificado que no hubo enriquecimiento personal. Visible tal vez no.

No sé gran cosa de derecho; tan solo lo que corresponde a la formación jurídica básica de un economista. Pero lo que sé, y lo que me lleva a creer en un mundo justo y democrático es que el Estado tiene tres pilares, y que si no se respetan las decisiones del poder judicial, con los resultados que las sentencias tengan, nos estamos cargando el Estado de derecho, la justicia y hasta la credibilidad del gobierno. Y si eres un don nadie y te caen 6 años de cárcel, pues vas a la cárcel, pero si eres amiguito de quien sueña con liderar la UE y se mira al espejo y se dice «me duele la cara de ser tan guapo» pues tranquilo, que en nada, estás dando paseos en calesa por Sevilla.

Ya nos ha avisado el presidente que el otoño viene caliente, el invierno duro, y hay que sacrificarse pero, eso sí, a Chaves y a Griñán, no les pidamos sacrificios, ni que cumplan lo que dicta la sentencia porque la justicia es igual para todos menos para los amigos del futuro amado líder de la UE. Si es que cuando le escucho hablar, ya le noto levitar con tal idea. ¿No le pasa a usted también?