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La llamada del jueves hubiera sido intrascendente, una más, de no haber sido la última. Me preguntaste por Marta y Sofía, yo por tus dos 'luces'. La familia siempre por delante. Nos pusimos al día después del verano, me contaste lo bien que había salido ... el encuentro informativo del día anterior con el presidente asturiano, Adrián Barbón, enmarcado en los actos de los 145 aniversario de EL COMERCIO, y nos despedimos enviándonos un abrazo. El último. Te llamé en realidad para cerrar un fleco de una iniciativa que Vocento puso en marcha este domingo, la Palabra con Futuro 2023. Y hablamos de un término, sisifemia, que ya no podré escuchar sin acordarme de ti. Aún no está aceptado por la RAE, pero esas nueve letras -tiene guasa la cosa en estas horas en las que no dejamos de hablar ni de pensar en ti, de tu entrega, de tu capacidad de sacrificio, de esa raza de periodista de la que por desgracia no abunda- vienen a poner nombre al padecimiento del trabajador condenado a la tarea de alcanzar un objetivo inalcanzable. Y se bautizó así por Sísifo, que según la mitología griega fue sentenciado a perder la vista y empujar por la eternidad una piedra gigante hasta la cima, para luego caerse y volver a empezar su sufrimiento.
Sísifo tuvo la desgracia de no haberte conocido, porque estoy seguro que ese peso lo hubierais compartido. Y, esta vez sí, el pobre hombre hubiera coronado la cumbre. Porque no había tarea que se te resistiera. Porque tú siempre estuviste ahí para todos. Daba igual que la llamada fuera de la alcaldesa de Gijón o de la dueña del bar de la esquina. Las personas siempre por delante de los cargos. En cualquier conversación hacías que tu interlocutor se sintiera importante, escuchado, atendido.
La vida no fue injusta contigo, no. Tuviste el reconocimiento que sin duda te merecías y te llevas el cariño y admiración de quienes tuvimos la suerte de conocerte. Pero es una faena, por no decir putada, tener que escribirte estas líneas de despedida, porque te quedaba mucho por hacer. Porque tus dos 'luces' y tu familia aún te necesitan, EL COMERCIO te necesita, tus amigos te necesitamos. Hasta siempre.
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