El periodismo a vida o muerte

Hay un viejo aforismo en este oficio que dice que el periodista que más riesgo corre no es el corresponsal de guerra, sino el de su pueblo. En efecto, el periodismo de cercanía es casi siempre el más duro porque la difusión de los hechos ... que afectan al vecino suele acabar rompiendo lazos que a veces se cuelan incluso en la paz familiar. La sociedad más próxima tiende a malinterpretar nuestra función y nos pide que la 'ayudemos' a crecer potenciando el 'buen ambiente', es decir, eludiendo la crítica. Por eso es tan difícil que el territorio sobre el que informamos entienda que nuestra 'ayuda' consiste en buscar la verdad. En acercarnos a ella lo máximo posible. Porque la verdad es siempre la mejor palanca para el progreso. Quiere esto decir que no es posible hacer un periódico local o regional sin que los periodistas pongan en juego su vida de alguna manera. En el caso de Marcelino Gutiérrez esto puede decirse en términos estrictamente literales. El director de EL COMERCIO -lo seguirá siendo siempre- se ha dejado la vida en un titular. El ejercicio del periodismo es muy envejecedor. Aquí los días son de 30 horas, las noches apenas existen, es obligatorio dormir siempre con un ojo abierto y el error nos acecha sin descanso. El periodista honesto -expresión que en su concepto esencial es una redundancia- actúa siempre a sabiendas de que su palabra afecta a terceros. Debe hacerlo con valentía, sin miedo a los hechos, pero también con prudencia. Por eso me atrevería a decir que Marcelino ha vivido más a lo ancho que a lo largo. En su DNI pone que tenía 48 años. Demasiada juventud. Pero su edad real, la de su biografía, es mucho más extensa. Él, que con tanta profundidad sabía guardar silencio, sabe mejor que nadie que las soledades de esta profesión son muy largas y que el equilibrio entre el valor y el temple están por encima del tiempo. Lo que Marcelino ha hecho en EL COMERCIO es mucho más que un periódico. Va mucho más allá del papel, de la tinta, de la pantalla, de las transformaciones digitales y de todo eso que hoy discutimos los periodistas. Lo que él ha hecho es mejorar la sociedad asturiana manteniendo intacto su espíritu crítico, quedándose quieto ante las presiones injustas, poniéndole un espejo a su tierra con serenidad, buscando la verdad a vida o muerte.