La Inteligencia artificial (IA) es la disciplina que hace que los dispositivos digitales puedan adoptar comportamientos inteligentes. En otras palabras, tareas sorprendentes hace unos pocos ... años que hoy las vemos con naturalidad en nuestros móviles, televisiones, tabletas, coches, ordenadores. Reconocen objetos en una foto, entienden lo que les decimos (y lo pueden traducir a otro idioma) o las músicas que oyen, anticipan averías, mejoran el rendimiento, cuidan de nuestra salud, y muchas cosas más.
Las herramientas que construye la IA nos potencian; pero también nos dan miedo. Por eso, debemos ser capaces de regular su uso. En este contexto se crea la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA). Su misión es la promoción de la IA como motor de actividad económica, a la vez que vigila su uso ético.
Las aspectos éticos en este caso son muy importantes. La IA construye aplicaciones que van a jugar (o ya juegan) un papel de autoridad, con el poder que le dan sus prestaciones. Por eso, debemos exigir a la IA lo que esperamos de cualquier otra autoridad. Deberá construir aplicaciones social y medioambientalmente responsables. Cuando tome decisiones que afecten a personas, estas deberán ser explicables (y rebatibles).
Para llevar a cabo esta labor de vigilancia de la ética de las aplicaciones, la AESIA tendrá capacidad inspectora y sancionadora. Una especie de ITV de la IA.
Otra función importante de la agencia será la de asesorar a empresas y al sector público para el desarrollo y uso de la IA. No queda claro el sentido de esta asesoría; porque la implantación de la agencia está prevista en tres pasos que irán perfilando el sentido preciso de estas funciones. Por eso es importante que desde el principio se puedan orientar las funciones.
El primer paso de implantación, en el que nos encontramos ahora, es la selección de una sede. Asturias está preparando una candidatura sólida que confiamos en que pueda resultar elegida. El segundo paso es la negociación (en el seno del Estado español) de las funciones a la espera del tercer hito: la adaptación a la normativa de la Unión Europea sobre este tema (España se ha adelantado a esta fase para preparar adecuadamente el funcionamiento de la AESIA).
En definitiva, la AESIA será una agencia que dependerá de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y que contará con el respaldo de la Unión Europea.
Lo que no será la AESIA es un organismo de investigación en IA. En su interior no se espera que se inventen nuevas y mejores aplicaciones. Pero necesita disponer de investigadores cerca. Para contratar a una parte importante de sus profesionales en su entorno. La agencia atraerá personal de todo el territorio nacional y creará riqueza y prestigio en su ecosistema. Por eso Asturias quiere ser la elegida.
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