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La película de terror vivida en El Molinón el pasado domingo, según las acertadas palabras de Albés, es obvio decir que jamás la ... habrían sufrido un Madrid o un Barça. La tecnología tiene ideologías y se aplica según qué casos, con el cuchillo más afilado, claro está, cuando dirime una duda de un perro flaco, como somos nosotros ahora mismo. Cuando se sufre una 'película de terror' hay que empezar el análisis a las puertas del cine (en este caso estadio), pues eso nos ayudará algo a entender el desarrollo de lo que vamos a ver. Y esa antesala está marcada por tres factores: la ansiedad que atenaza al Sporting, la falta de gol y la errónea alineación del míster que tiene, diremos una vez más, todo el apoyo del que suscribe; un respaldo que no elude su responsabilidad.
La alineación de Albés contra el Albacete (su ex) presentaba cuatro errores:
1. Alinear a Rober Pier, jugador de buena técnica pero frío, imprevisible y falto de la contundencia que se le debe exigir a un central. Ha ido desde que llegó claramente a menos y debe ser suplente.
2. Alinear a Nacho Méndez, también de buena técnica, que jugó su mejor fútbol en la primera vuelta de Ramírez, hoy amanerado en grado sumo, abrasivo en su recurso al pase corto y al pase atrás (como hacía diez veces de diez aquel Ángel María Villar del Ath. Bilbao que acabó siendo terrorífico presidente de la FEF). Méndez desaprovecha su talento ralentizando al equipo cuando es titular, pero curiosamente en sus tiempos de reserva, que deben volver, salía al campo en los segundos tiempos con ímpetu, alegría, verticalidad e incluso gol. Debió jugar Gelabert.
3. Situar a Dotor a la derecha, donde está perdido. Debió jugar detrás del '9' y Dubasin por la derecha, donde Dotor no rinde.
4. Caicedo es un recurso para el '9', el único puro de hecho, aunque este juntalíneas siempre preferirá a Campuzano. Sería el error menor de la apuesta de Albés.
Y una alineación con cuatro errores y ese escoramiento de Nico Serrano hacia atrás abona el campo, antes de empezar, a que se tuerza la historia, como así fue. La falta de Pier es dudosa, clara amarilla, podría ser roja, pero llevando el reglamento al límite. Los penaltis, inexistentes los dos, sí pueden calificarse de dudosos. Pero sacar una roja o pitar un penalti son decisiones extremas que requieren tener las cosas muy claras. Y Maras va al balón directo cuando se le cruza un jugador manchego, claro que hay contacto, pero provocado por el visitante. Y Yáñez no toca al delantero. Dos pifias mayúsculas, o tres, que nos arrebataron el partido. De haberse escrito la historia con renglones derechos, podríamos ir ahora a Huesca con la opción de ponernos a 4 del 'play off' y recibir después al descendido Tenerife. Pero de la alineación 'indebida' pasamos al 'terror' del árbitro Muresan Muresan y el insoportable VAR y de ahí al vértigo con el que afrontamos las diez últimas jornadas, de momento, con portero suplente en tierras aragonesas. Para seguir temblando.
Si ponemos orden en el terror con el que llegamos a la jornada 33 el primer responsable tiene nombre claro e inequívoco: Grupo Orlegui-Alejandro Irarragorri, desastroso en su tercer año gobernando nuestro Sporting, que ha ido desplumando como a un pavo navideño, sin visos de mejora alguna. Después se puede hablar de entrenador y jugadores, pero a años luz de los padres de esta desnutrida 'criatura' 2024-25 que parieron en un descampado.
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