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Faltan solo diez días para que suene el silbato del árbitro en El Molinón. Empezar la Liga un 18 de agosto es un despropósito, uno más en el fútbol actual. La gente está de vacaciones y no hay ambiente futbolero. Pero da igual. ... Empieza el ¿espectáculo? En ese instante nadie tiene la sensación de que el Sporting, ni ningún otro equipo, esté preparado para arrancar. La lesión de Caicedo es la peor posible. No hay mucho recambio para el nueve. Queda el recurso de apostar por la pareja que mejor resultado dio el año pasado: Campuzano-Otero. No parece mala solución. Pero lo cierto es que con los ensayos habidos en pretemporada pocas certezas tenemos.
La mejor quizá sea que el entrenador es Rubén Albés. Parece un tipo solvente. Y, además, decidido. Da buenas vibraciones. Lo demás a día de hoy es una gran incógnita. Ha habido, un año más, una gran evasión: Izquierdoz, Insua, Pascanu, Varane, Roque, Rivera, Villalba, Zarfino, Hassan, Mario, Djuka, Bamba, Jordán Carrillo, Enol y Jeraldino... ¡¡¡Quince bajas pese a jugar 'play-off'!!! (si no olvidas ninguna). Y han venido cinco: Curbelo, Bernal, Olaetxea, Caicedo y Dubasin. Vendrán más sobre la bocina, seguro. Como ya hemos reiterado, cambiar media plantilla cada año es una apuesta errada, aunque llegará la temporada en que se acierte. No se hace bloque, no se hace equipo, no hay proyecto de larga duración.
Si pensamos en una alineación contra el Levante el domingo 18, a las cinco de la tarde, sale algo competitivo: Yáñez, Rosas, Rober Pier, Diego, Cote; Bernal, Olaetxea, Méndez, Otero, Campu, Gaspar. No está mal. Suponemos oficio a los nuevos medios. Falta testar el eterno problema del gol. Faltan con claridad un defensa derecho (¿por qué largasteis a Pol Valentín?), un central (¿por qué no apostasteis por Insua?) y un goleador (¿por qué tan pocas oportunidades a Milovanovic?). Estamos por tanto en fechas inciertas, en plena dormidera veraniega. Y pronosticar ahora qué pasará resulta complejo. El año pasado, la pretempeorada fue horrible, la venta de Pedro patética, el fichaje de Jeraldino desalentador y el míster Ramírez, un tipo extraño. Pese a ello, fuimos quintos. Con una Liga tan de saldo debíamos haber quedado mejor. Este año mejoramos el entrenador y nos libramos de Djuka de una vez. Pronosticar es complejo. Soñar es gratis.
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