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A 24 horas del derbi no despunta un favorito. Así suele ser. Tras la jornada inaugural de Liga, parecía que el Oviedo iba a comerse el mundo mientras nosotros sufrimos una vía de agua en la línea de flotación. En la segunda hubo dos ... tristes empates a cero. Con la tercera, ¡ojo!, se cruzaron tendencias. El Oviedo cayó en casa con estrépito ante el todopoderoso José Alberto y el Sporting arrancó un sufrido, meritorio y también afortunado empate en Almería. Vidas cruzadas. Ritmos cambiantes. De seguir mañana ambos equipos los caminos andados en estas tres primeras escalas, todo apuntaría al 1. Pero eso, bien lo sabemos, es mucho decir. Precisamente, muchos derbis ejercen de contrapunto siendo el favorito el que muerde el polvo. Y, no olvidemos, pese a la gran victoria del año pasado, con el golacísimo de Nacho Méndez, este acalorado choque de trenes rivales no se nos ha dado nada bien en las últimas décadas. Lo mejor, por tanto, es la prudencia, el azorramiento, la contención. La mentalidad prieta de Almería, pero en casa.
Si al Oviedo le han entrado dudas tras quedar retratado contra el Racing, nosotros somos un equipo en la fragua. Y, en estos estados transitorios, no son buenas las prisas ni los cantos al optimismo. Prudencia. Mucha prudencia. Y entrenador. Tenemos entrenador. Seguro que sabe cómo gestionar esto. El épico punto de Almería se logró con un porterazo líder, Yáñez, pero sin liderazgo en ninguna de las tres líneas de campo. Nos faltó un central potente, de mando, que permita a Diego seguir creciendo. Nos faltó un medio con visión de juego, de pase largo, que enlace con la delantera. Y nos faltó, una vez más, un nueve, un killer en el ariete. Pese a las carencias, puntuamos. Esto invita a pensar que nuestro Sporting tiene holgado margen de crecimiento. Pues con Maras (o Rober Pier cuando esté listo), con Gelabert y con Caicedo (o Campu) será otro equipo, más cuajado, más vertical y, seguro, con más gol.
Aventuramos por tanto un Sporting creciente. Con recorrido. Enfrente, tenemos un Oviedo al que muchos califican como la mejor plantilla de Segunda con permiso del Almería. Hace dos años quedó séptimo, el pasado fue sexto, pasó con suficiencia la primera ronda del 'play-off' ante el Eibar y ganó bien el primer partido al Español. Murió en la orilla. Este año se ha reforzado y es candidato a subir. Lo nuestro, tras el carrusel de bajas y altas, está por ver. Tenemos a Rubén Albés y, como siempre, afición. Agarrémonos a nuestros mejores mimbres con humildad. Mejor saltar mañana al campo con piel de cordero.
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