Adiós a un luchador vecinal

Esto bien lo saben algunos vecinos de El Coto en su lucha por abrir el dispensario de metadona cuando en aquellos años una buena parte de los jóvenes del barrio sucumbieron a las drogas.

Desde la Asociación de Vecinos de El Coto-Ceares así se llamaba, le tocó luchar por temas tan básicos que hoy parece mentira pero que aquellos años no existían como el asfaltado de las calles o la creación de aceras. Tenía una forma de entender el movimiento vecinal muy cercano y eso le llevó a mantener a los afiliados de la asociación unidos en torno a una pequeña cantina que él mismo regentaba junto con su mujer.

Tuvo una participación excepcional en la creación de la Federación de Vecinos de la zona urbana de Gijón de la que fue presidente y dejó cuando entendió que otras personas podrían hacer la labor también o mejor que él y además que era conveniente una vez conseguido su funcionamiento el abandonar y dedicarse a otras cuestiones.

Pienso que sus muchos años de dedicación a la ciudadanía de Gijón no fueron debidamente reconocidos aunque quizás él se sintiera satisfecho por haber sido reconocido con la máxima distinción de Proyecto Hombre por su labor en favor de los jóvenes con problemas de drogodependencia que, como antes decía, le costaron muchos disgustos y descalificaciones por quienes no entendían su apuesta inequívoca por el dispensario de metadona sabiendo la cantidad de jóvenes con las necesidades que había en su barrio.

Descanse en paz el amigo, el compañero y el incansable luchador por los derechos de los ciudadanos de Gijón.