La junta de accionistas del Sporting tendrá un ambiente agrio por la marcha deportiva y con un sabor más ácido aún por la derrota ante la Ponferradina.

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El grueso del orden del día estará en la ensalada de números, bien condimentada por la hipoteca CVC ... que permite inversiones, además de dar un respiro a las pérdidas de la pandemia. Una de las virtudes de Javier Fernández es su dominio para ordenar bien los números. Otro aspecto es que deje que el personal, sobre todo el deportivo, lo gaste adecuadamente, con el rendimiento que exige cualquier desembolso.

Sería interesante conocer lo que costaron las operaciones de enero. Las fichas de Jony, Calavera y Ramírez, más lo que cobra el Dinamo de Kiev por el alquiler del venezolano, pueden acercarse al millón de euros. Junto con las inversiones del verano sirven para deambular con tristeza por Segunda, con un equipo hecho para luchar por el ascenso. Los contenidos debería explicarlos Rico, con quien en la memoria que se presenta hoy bajó el filial y el primer equipo no alcanzó el 'play off'. En este ejercicio ya ven cómo está el percal.

Para esto están las juntas de accionistas, para facilitar explicaciones de los detalles influyentes en la marcha de la sociedad. Las más estelares son las labores deportivas. Salvo que justifiquen muy bien las decisiones, solo cabe pensar que el director deportivo no tiene suerte o no sabe.

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Está pendiente el libro blanco de Mareo. Javier Fernández lo prometió hace cuatro juntas. El encargo fue hecho a Manolo Sánchez Murias, como director de la escuela. Parece que el presidente predicó en un desierto. Le estarán dando una vuelta al tema. La realidad es que Mareo no funciona como debiera, se están escapando jugadores de equipos de Gijón vinculados por un convenio y el Sporting B, el estandarte de la cantera, pulula en la quinta división española. Es peor ver que en el filial hay pocos mimbres para pensar en un futuro en el primer equipo.

Hace cuatro años que el presidente anunció una política de cantera. Le fallan los técnicos. Ante la Ponferradina solo estaba Pedro en los primeros 45 minutos. En el añadido se sumó Pablo Pérez. Con el nuevo Mareo comprado en Roces, adquisición estrella de la junta, quizás pueda mejorarse la media. Primero habrá que fumigar el organigrama y los métodos.

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Dio muchas vueltas en las redes sociales el desplante de Gallego a un 'rompehuevos' que se pone tras el banquillo, desde donde lo insulta y lo graba cuando explota. No tuvo la misma repercusión la disculpa del técnico de Suria con el citado espectador.

El pago de un asiento no da derecho al insulto, pero el míster debería saber que eso va en el sueldo. Gallego es de carne y hueso. Ahora ya no tiene ninguna trascendencia. Lo mismo que la junta. Los números estarán claros y se conoce el control accionarial, pero los accionistas tendrán su protagonismo. Es su día.

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