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El empresario Gonzalo Arrojo.
Muere Gonzalo Álvarez Arrojo, el gran empresario del transporte

Muere Gonzalo Álvarez Arrojo, el gran empresario del transporte

Llegó a ser máximo accionista de Duro Felguera, pero sobre todo destacó como presidente de varias de las principales empresas de autocares y autobuses del país

Jueves, 17 de octubre 2024

Asturias perdió el jueves a uno de sus grandes empresarios, Juan Gonzalo Álvarez Arrojo, que falleció a los 92 años de edad tras una larga enfermedad. Bregado en el mundo del transporte de viajeros, hasta constituir el segundo conglomerado del país, el Grupo Avanza, también diversificó sus negocios y se convirtió en el máximo accionista de Duro Felguera, compañía a la que llevó a una década de éxitos. Deja viuda y dos hijas, Candela y Beatriz, y cuatro nietas. La familia comunicó a través de una esquela que los actos religiosos por su eterno descanso se oficiarán en la intimidad familiar.

Nacido en 1932, Álvarez Arrojo provenía de una familia ligada al transporte. Su abuelo ya operaba vehículos tirados por animales. Estudió en el colegio de la Inmaculada, de Gijón, donde no tardó en conseguir la amistad del banquero Emilio Botín. Después, se inscribió como alumno libre de Derecho en la denominada 'universidad de Cimadevilla', desde donde simultaneó sus estudios con las empresas familiares e incluso trabajó como conductor de Autos Sama, una de ellas, de la que sería su gerente al finalizar la carrera.

La trayectoria de Gonzalo Álvarez Arrojo fue dilatada, la mayor parte del tiempo ligada al transporte de viajeros. Como empresario continuó el trabajo de su padre, Víctor Álvarez, que fue quien fundó la compañía inicial, que se iría expandiendo hasta que a principios de los años 2000 creó el Grupo Avanza, que se vendería en 2006 en una operación que fue comparada, incluso, con la integración de ALSA en el operador británico NX.

Comenzó trabajando en la empresa de transporte de viajeros familiar hasta conseguir crear el segundo grupo del país

También estuvo en el germen de la actual compañía de transporte urbano de Gijón, Emtusa. A finales de los años 50, con apenas 27 años, impulsó la fundación de la empresa de autobuses Tuninsa, que tenía el objetivo de sustituir a los tranvías y en la que pasó por todos los cargos de mayor responsabilidad, entre ellos el de presidente, hasta que se municipalizó el servicio. Una década después de aquella iniciativa, en 1969, inició la expansión del Grupo Arrojo con la creación junto a varios socios de Vitrasa (Viguesa de Transportes), a la que se irían sumando nuevas sociedades hasta que en 2002 se constituyó el Grupo Avanza, fusión de Auto Res (propiedad de la familia extremeña Moratiel) con varias empresas de autocares y autobuses controladas por el grupo asturiano, como Tuzsa (Transportes Urbanos de Zaragoza) o la propia Vitrasa.

Amable y carismático

Sus amigos lo calificaban de amable, carismático, divertido y muy amigo de sus amigos. Y no era fácil ni acertar la fecha de su nacimiento, ya que lo celebraba por partida doble: cuando nació y cuando fue inscrito en el registro.

Aficionado al fútbol y maestro del tute, en su juventud daba rienda suelta a su energía metiendo goles con la cabeza desde su posición de defensa y adivinando el juego de los adversarios. No tardó en llevar esa iniciativa al mundo de la empresa.

Tras dedicar la mayor parte de su vida profesional al sector del transporte, se pasó al industrial, con su entrada en Duro Felguera. Su presidente, Ramón Colao, había logrado convencer a un grupo de empresarios asturianos –Arrojo, Melca, Imasa, TSK y más tarde Vegasol– para que entraran en el accionariado y conformaran, junto con el equipo directivo, un núcleo de socios que aportasen estabilidad al grupo, estuvieran comprometidos con su relanzamiento y lo blindaran de posibles ofertas hostiles de compra.

A partir del año 2000, Álvarez Arrojo, que permanecía en un segundo plano, dio un paso al frente para defender a Duro frente a fondos de inversión y cerró filas contra la opa lanzada por San José en 2005. También luchó por el control de la entidad. Emprendió para ello una acelerada compra de títulos hasta erigirse en el mayor accionista y respaldó a un hombre de la casa, Juan Carlos Torres Inclán, como nuevo presidente.

Arrojo dio la estabilidad accionarial y Torres intensificó la captación de contratos, dio un vuelco a la sociedad, reorientándola hacia la ingeniería, gestión de proyectos llave en mano y prestación de servicios especializados a la industria e impulsó la mayor internacionalización de la historia de la firma.

En junio de 2011, Torres Inclán se despedía de la junta general de accionistas con un lacónico «muchas gracias y hasta siempre». Su dimisión abría paso a una nueva etapa en la que Álvarez Arrojo colocaba a su yerno, Ángel Antonio del Valle, como hombre fuerte. Sin embargo, con el veterano empresario asturiano ya alejado de la gestión, su familiar llevaría a la compañía a una grave crisis, que empezó a dejarse notar a partir de 2016 y que derivó en su rescate por parte del Estado para evitar la quiebra y, finalmente, a la entrada de los nuevos socios mexicanos, Grupo Prodi y Mota-Engil México, con los que busca una nueva estabilidad.

María Calvo, presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), lamentaba profundamente la «pérdida irreparable para el tejido empresarial asturiano» que supone el fallecimiento de Álvarez Arrojo, «un empresario ejemplar y una persona de extraordinaria calidad humana». Recordaba también la líder de la patronal regional que perteneció a «esa generación de empresarios que supieron forjar su éxito con esfuerzo, visión y compromiso» y subrayaba que su legado perdurará como «uno de los últimos grandes», mientras que su impacto en Asturias será recordado «con admiración y respeto».

Uno de sus antecesores al frente de Fade, Severino García Vigón, que presidió durante 18 años, rememoraba cómo había conocido a Álvarez Arrojo: «como lateral derecho jugando en el Langreo». Ya en el plano empresarial, destacaba la «suerte que ha tenido Asturias de tener dos personas que lideraron a nivel nacional el transporte de viajeros casi al mismo tiempo», en referencia al propio Arrojo y a Pepe Cosmen, de ALSA. Además, también hacía hincapié en el impulso que dio a Duro Felguera, una empresa que «sentía de corazón».

Desde la Cámara de Comercio de Gijón, su presidente, Félix Baragaño, además de trasladar su pésame a la familia, también expresó su «reconocimiento y admiración» por el fallecido, al que calificó de «ejemplo de empresario, creador de riqueza y empleo, colaborador activo con su entorno y muy en especial con su querida Asturias».

El presidente de ALSA Grupo, Jacobo Cosmen, se mostró apenado y le recordó cómo «una gran persona y otro magnífico empresario asturiano adelantado a su tiempo, que modernizó el transporte de viajeros pensando en las personas»

«Un referente»

«No era la inversión más fácil, se acercó al mundo industrial por el amor a su tierra», señaló, en referencia a Duro Felguera, Álvaro Muñiz, ligado a la Cámara de Gijón durante 43 años –se jubiló en 2018 como director general de la Feria de Muestras–. «Es una persona a la que Asturias le debe mucho. En aquella época había un miedo horroroso a que Duro Felguera cayera en manos de fondos de inversión y tuvo el valor enorme de defender Asturias, fue una heroicidad, todo por amor a su tierra».

También coincidió con él Ovidio de la Roza, presidente de Asetra y de la gran patronal del transporte de mercancías a nivel nacional, la Confederación Nacional de Transporte (CETM): «Fue un empresario de referencia para Asturias y para el transporte».

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