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A. A. / S. N.
Jueves, 19 de diciembre 2024, 18:44
Oviedo ha perdido un referente de la sanidad. El neurocirujano Fernando Bueno Martínez ha fallecido este martes a los 91 años –la misma edad que tenía su hermano, el filósofo Gustavo Bueno, cuando murió–. Su viuda, Sandra Anne Hudson Porthouse; y a sus cuatro hijos, Paul, Richard, Antonio y Rebeca, agradecen la infinidad de muestras de cariño que han recibido para despedir al que fue «un gran neurocirujano» y también «un aventurero».
«Era una persona proactiva y que tenía un interés por las cosas muy intenso; tanto, que sus aficiones eran estar siempre estudiando, aprendiendo e inculcarnos valores muy importantes. Educación, apertura de mente, entender la vida y salir por el mundo», enumeró su hijo Antonio Bueno Hudson, presidente de General Dynamics en Europa –de la que depende Santa Bárbara Sistemas–.
Doctor y aventurero. Porque tras licenciarse en Medicina en Salamanca, se especializó en neurocirujía en Suecia y también se formó en Noruega. En Inglaterra conoció a su mujer, que era enfermera. Un binomio perfecto. En los años 60, se marcharon a Botsuana, donde trabajó para el imperio británico y «vivió la independencia en primera persona».
La vida, entonces, le trajo a Asturias, en 1966, para trabajar en el antiguo Hospital General; si bien la mayor parte de su carrera la desarrolló en el ambulatorio de La Lila. «Era más que un médico, un compañero y un amigo que supo trasladar la solución médica al problema y dar ese apoyo psicológico que necesita el paciente y que marca la diferencia», abundó su hijo.
Fundó la Sociedad Iberoamericana de Neurocirugía y dirigió la revista 'Phronesis', «lo que le permitió tomar contacto con la sociedad médica haciendo congresos en todo el mundo, incluso trayendo eminencias de la especialidad a Asturias».
Representaba la tercera generación de médicos en su familia y aunque trató de que sus hijos siguieran sus pasos, siempre les apoyó en sus decisiones. «Estamos muy orgullosos de lo que ha hecho papá; cada uno hemos seguidos nuestros caminos y él nos permitió decidir qué queríamos». Les inculcó una «visión internacional del mundo, que había que salir y ser aventurero».
Apasionado de la historia, de la música, también se atrevió con los pinceles e incluso escribió sus memorias que titulo en suajili 'Mvua', que significa lluvia y «era lo más sagrado en Botsuana». Un legado que nunca olvidarán.
«Era una persona entrañable, buen amigo, siento que se haya ido», expresó el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, tras conocer el fallecimiento del doctor. Por su parte, Gaspar Llamazares, portavoz de Izquierda Unida-Convocatoria por Oviedo, aseguró: «Lo conocía y lo lamento. Es una pérdida para la medicina asturiana». Un referente para Oviedo y para Asturias.
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