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SEAT tiene mucho que aportar a la historia de España en el automóvil, de hecho, forma parte de la historia de la automoción nacional. La marca española fue la encargada de motorizar a la mayor parte de la población con el mítico SEAT 600 ... , en el que muchos aprendimos a conducir.
SEAT guarda una importante parte de esta historia en su Museo de Martorell, donde se conservan en perfecto estado y se cuidan con mimo auténticas reliquias del automovilismo español, tanto de los modelos comercializados como de las preparaciones deportivas en las que SEAT ha participado. Una representación de ellas integradas por el mítico SEAT 1.400, el 850 Spider, el SEAT 124, el Super Mirafiori 2000, el Panda Terra o el deportivo SEAT 127 Fura Crono, salieron por unos días del Museo de Martorell para participar en el II Raid al País Vasco de Clásicos, acompañados por otros ilustres veteranos de las marcas Porsche, Ferrari, Lancia, Chevrolet o Morgan, entre otros.
San Sebastián fue el punto de partida en la primera jornada donde los clásicos de la automoción recorrieron un total de 229 kilómetros durante 5 horas y 30 minutos. Para disfrutar de estos vehículos es necesario huir de las autopistas y regresar a su entorno natural por carreteras secundarias. El recorrido pasaba por las localidades guipuzcoanas de Aitasemegi, Lekunberri, Alquiza, Azpeitia y Arantzasuko Santutegia. Como no podía ser de otra manera el día finalizó con una cena en una clásicas sidrería donostiarra.
Después de un merecido descanso la ruta de la segunda jornada del Classic Tour llevó a los participantes por Zumaya, Vergara, Mondragón, Salvatierra y Peñacerrada, con parada final en la Bodega Viña Real de Logroño, con un recorrido total de 232 kilómetros que se realizaron en 4 horas y 21 minutos. En la citada Bodega tuvo lugar la comida de hermandad y despedida hasta la próxima edición del Classic Tour.
Conduciendo un vehículo clásico con más de 40 años de antigüedad te das cuenta de lo mucho que han evolucionado los coches y de la seguridad añadida que incorporan los modelos actuales. De entrada, la ausencia de dirección asistida es lo primero que notas a la hora de ponerte al volante de un clásico, la relación es más directa, y la dirección trasmite el trazado de las curvas a la perfección. Por contra, a la hora de estacionar la dureza de la misma obliga a realizar un esfuerzo añadido. Los frenos de disco y el ABS son un elemento de seguridad fundamental en los coches modernos. En un clásico hay que anticipar mucho más la frenada porque la eficiencia de los frenos de tambor no es comparable con los actuales. Las suspensiones, iluminación y confort interior, son los propios de la época, y bueno es subirse de vez en cuando a un clásico para valorar la historia y todo lo que ha evolucionado.
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