Secciones
Servicios
Destacamos
Santiago de Garnica Cortezo
Viernes, 16 de julio 2021, 21:57
A finales de los años noventa una corriente agita muchos centros de diseño de las marcas de automóviles, el neo retro. Chrysler ha iniciado este movimiento con dos concept cars, dos prototipos de salón muy espectaculares, el 'hot rod' Prowler, y el GT Cruiser, desvelados ... a finales de los años noventa.
Este último es el protagonista de nuestra historia. Con un aspecto inspirado en el Chrysler Airflow de 1934, este original modelo no deja indiferente ni a la prensa ni a los usuarios cuando la marca lo convierte en un modelo de calle y lo pone en producción en el arranque del año 2000. Su aspecto de otra época, su incontenida nostalgia le va a convertir en un verdadero fenómeno, en un modelo emblemático de esos que, amados u odiados, no pasan por este asfalto dejando indiferente a nadie y dando origen a un verdadero género donde se unen el hoy y el ayer. En este género nos encontramos el Volkswagen New Beetle de 1998, el Mini de 2001 o el Fiat 500 de 2007. Y no olvidemos los genuinamente americanos Ford Thunderbird de 2002, Mustang de 2005 y el Chevrolet Camaro de 2009.
Pero volvamos a nuestro PT Cruiser. Utilizando una plataforma de la discreta berlina Neon, otro intento de hacer un modelo europeo en los USA (con no mucha fortuna) se le vistió con la carrocería que todos conocemos. Desde luego la plataforma ya prometía, o más bien no prometía, muchas cualidades dinámicas, pero ¿a quién le importaba? Lo que verdaderamente trascendía era el diseño y los defectos, muchos, se convertían en parte del encanto.
Por cierto, que el diseño y sus connotaciones con los coches de los gangster de los años treinta, lleva a los importadores de la marca a presentar el automóvil a la prensa con un ataque simulado al autocar que transportaba a los periodistas especializados, llevado a cabo por unos actores vestidos exprofeso y con ametralladoras (de pega, por supuesto), en mano. El 'asalto' en pleno centro de Madrid y en un momento delicado por temas de seguridad, creó tal confusión que a punto estuvo de acabar la fiesta en los calabozos de una comisaría.
Cuando llega a nuestro mercado español, como al resto de europeos, el PT Cruiser dispone en ese arranque de un cuatro cilindros de gasolina de 2 litros de cilindrada y 140 CV de potencia. Estaba asociado a un cambio automático con convertidor de para con un comportamiento más retro que el propio diseño de la carrocería. Era un cambio de otra época que no ayudaba ni a las prestaciones n al consumo y con el que era mejor intentar una tranquila conducción 'on the road' pues si se intentaba buscar dinamismo, la respuesta era más bien descorazonadora.
Y, hablando de motores, en aquellos tiempos el automovilista europeo (y también las autoridades) solo soñaban con un buen diésel que gastara poco. Y como en esa época Chrysler vivía un idilio con Mercedes (relación que a punto estuvo de acabar con la vida de la marca alemana), se recurrió a un motor de la casa de Stuttgart, a un diésel, para equipar el PT Cruiser y así dar mejor respuesta a los deseos de los usuarios. Era un cuatro cilindros 2,2 litros inyección directa common-rail de 121 CV de potencia inicialmente que luego se convertirían en 150 CV. No era un motor refinado, hacía bastante ruido, pero no estaba nada mal. El PT Cruiser incluso dispondría a lo largo de su vida de otros motores, como un 1.6 de de 116 CV o un 2.4 Turbo gasolina de nada menos que 223 CV, en una versión GT cuyas ruedas delanteras a duras penas podían trasmitir al asfalto semejante caballería.
Pero quizás importe más que los motores, la variante de carrocería descubierta, convertible (término más adecuado que el de 'cabrio'). Su rigidez era inversamente proporcional al indiscutible encanto visual, y ofrecía un placer de uso indiscutible, tanto a los amantes del 'ver y ser vistos' en plan paseo por 'boulevard', como a los fanáticos de perderse por pequeñas carreteras disfrutando de la naturaleza sin techo.
Coincidiendo con la incorporación de esta carrocería, el motor de 2 litros de gasolina dejó paso a un 2.4 en versión atmosférica, con 143 CV de potencia. A este cambio le seguiría una discreta puesta al día estética con cambios en la calandra y las ópticas en el salpicadero.
En 2008 la crisis general, y la personal de la marca, hacen que la vida comercial del PT Cruiser entre en barrena y termine desapareciendo en 2010 cuando ya Chrysler, abandonada por Daimler, busca desesperadamente su supervivencia y la sucesión del PT Cruiser no se encuentra entre sus preocupaciones. Y eso que comercialmente hablando , se habían vendido en todo el mundo nada menos que 1,4 millones de unidades.
Al volante del PT Cruiser, en sus primeros tiempos, era habitual que en los semáforos entablásemos conversaciones con muchos curiosos. Tenía un encanto especial por encima de cualquier otra consideración técnica. Y aquellos que dos décadas después conservan o disfrutan de este modelo al que se puede aplicar sin temor el termino de 'yankee' en su más pura expresión, saben de lo que hablo. Y no olvidemos que tarde o temprano se convertirá en un modelo para amantes de los clásicos pues si bien este Chrysler nació de rebuscar en el pasado, en la historia de la marca, acabó teniendo la suya propia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.