Mercedes presenta el EQXX: su eléctrico más eficiente

Para empezar, el fabricante alemán ha realizado un diseño de lo más futurista, con unas líneas que se deslizan para cortar el viento y firmar un coeficiente de resistencia de solo 0,178. El frontal llama poderosamente la atención con una parrilla negra brillante y una banda de luz que se sitúa sobre la misma. La trasera monta un difusor retráctil que se despliega solo al circular a altas velocidades y proporcionar un mayor 'efecto suelo'.

El interior es una referencia en confort, elegancia y modernidad. Todos los materiales empleados son ecológicos, y no se ha utilizado ningún componente animal, aunque las texturas son similares a la piel. Las esterillas del suelo se han fabricado con fibra de bambú, y se han utilizado botellas de plástico recicladas para crear un tejido brillante.

Las cuatro plazas disponibles son individuales e idénticas tanto para los pasajeros de delante como en las traseras, y cuentan con todos los niveles de confort y regulación posibles, para que el asiento se ajuste al cuerpo de los ocupantes.

El peso es determinante en un coche eléctrico, y se ha reducido utilizando aluminio y plásticos reforzados con fibra de carbono.

El salpicadero está dominado por una pantalla digital de 47,5 pulgadas y una resolución de 8K. El sistema de info-entretenimiento se conecta a cualquier plataforma o servicio digital, y todo ello, mediante el comando de voz «Hey Mercedes».

En el techo del vehículo se integran unos paneles solares que captan energía y pueden sumar hasta 25 kilómetros de autonomía al día.

Las baterías de iones de litio van situadas en el suelo del vehículo y le permiten una autonomía superior a los 1.000 kilómetros, con un consumo declarado inferior a los 10 kWh cada 100 kilómetros. El motor consigue una potencia de 140 kW, equivalentes a 204 CV.

Mercedes-Benz ha desarrollado toda esta tecnología para impactar en el Salón de Las Vegas, y todavía no avanza cuando lo llevarán a producción en serie. Pero los avances tecnológicos conseguidos, muchos de ellos fruto de la experiencia en la competición, no se van a quedar en un coche de exposición.