Así funciona el nuevo asistente de velocidad obligatorio para coches

Uno de los principales cambios que acoge el mundo del automóvil en este año 2022 es el obligado equipamiento con los nuevos asistentes de velocidad por parte de todos los vehículos homologados en Europa. Se trata de una medida con la que se pretende reducir los siniestros al volante, tanto los que ocurren en carretera como los que tienen lugar en ciudad. De entre todos ellos, destaca el asistente de velocidad o ISA, cuya función es el control de la velocidad. El objetivo de este asistente es limitar los excesos provocados por los conductores.

Este asistente a la velocidad, que deberá estar presente en todos los vehículos nuevos que sean homologados en el año 2022, tiene como objetivo principal limitar la velocidad máxima del coche y adaptarla a la vía por la que circule, atendiendo a las normas que correspondan según las características de la misma. Para ello, el vehículo registrará la velocidad a la que se deba circular gracias a una cámara que llevará instalada en el espejo retrovisor, tal y como explica la DGT. Esta estará en contacto con el sistema GPS del vehículo, a través del cual avisará al conductor en caso de que exceda la velocidad permitida.

Otra de las funciones del ISA será la de adaptar de forma autónoma la velocidad del coche a las restricciones de la vía por la que circule, gracias a un software que llevará instalado el propio vehículo. Con ello, se trata de hacer que se adapte una velocidad constante, ajustando las revoluciones del vehículo, en lugar de ir frenando el mismo. A pesar de todo, será el conductor el que decida hacer uso del mismo, pues tendrá la posibilidad de desconectar el sistema de control de velocidad, tanto con un botón destinado a tal fin, como pisando fuerte el acelerador.

En cuanto al aviso del sistema de control de velocidad, existirán tres niveles: informativo (para avisar al conductor de que se está excediendo el límite de velocidad), de advertencia (una vez que se exceda el límite, añadiendo una ligera presión al acelerador) y obligatorio (con el que se impedirá que el coche sobrepase la velocidad de forma electrónica). Aunque será el conductor el que tenga la última palabra.

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