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Enrique Serbeto
Miércoles, 11 de diciembre 2024, 12:32
El Partido Popular Europeo (PPE) presentó formalmente una iniciativa para intentar que la Unión Europea «corrija» la legislación que prohibirá la venta de vehículos con motor de combustión interna en 2035, «para reflejar la neutralidad tecnológica, es decir, para permitir una combinación de tecnologías» incluyendo ... el desarrollo de biocombustibles que cumplan el objetivo de mantener la neutralidad en materia de emisiones. Los populares habían incluido este punto en su programa para las elecciones de la primavera pasada y ahora lo convierten ya en una iniciativa formal que según ha declarado en varias ocasiones su presidente, el alemán Manfred Weber, «no va en contra del Pacto verde, no hay ningún debate sobre los objetivos climáticos, solamente queremos moderar la intensidad de su puesta en práctica».
El PPE es el principal grupo parlamentario (con 188 escaños de los 720) y por ahora no cuenta con apoyos por parte de los socialistas ni los verdes para mover esta propuesta destinada, a su juicio, a salvar la industria automovilística europea. Se trata de un documento de seis páginas que, si bien no rechaza toda la conducta de la anterior Comisión, considera que la limitación de las tecnologías que se aprobó la legislatura pasada fue un error.
La propuesta de iniciativa legislativa pretende obligar a la Comisión a aceptar una transición más gradual hacia lo eléctrico, en lugar de mantener la prohibición de vender motores de combustión en 2035 y por otro lado la inclusión en la lista de vehículos aceptables todas las tecnologías útiles para reducir el CO2, incluidos los biocarburantes, en los que Italia y el gobierno Meloni habían insistido tanto, para alimentar los coches que se producirán en el futuro.
Jens Gieseke, miembro de la Comisión de Transporte del Parlamento Europeo y negociador del PPE para el sector automovilístico, ha dicho que a la vista del panorama de la industria europea del automóvil «es necesario revisar los objetivos» para poder mantener en el mercado a los motores de combustión interna. «Está claro que se necesitan tecnologías diferentes, como el e-fuel, pero se pueden y se deben considerar otras tecnologías que reduzcan las emisiones».
La Comisión Europea mantiene por ahora sus posiciones y el comisario de Acción Climática, el holandés Wopke Hoekstra, estima que las gestiones del PPE «no ayudan». Hoekstra está encargado esta legislatura de asegurarse de que las ambiciones climáticas de la UE no dañen el crecimiento económico e insiste en que «muchas empresas piden previsibilidad y mantener el rumbo en lugar de cambiar las reglas del juego simplemente porque no pueden hacer frente a ellas».
La propuesta del PPE, sin embargo, insiste en que «si bien los vehículos eléctricos desempeñarán un papel importante en la transición hacia un futuro climáticamente neutro, otras tecnologías también pueden ayudar a alcanzar nuestros objetivos» y en este sentido entienden que «la Comisión Europea debe presentar urgentemente una revisión del Reglamento 2019/631 que reintroduzca el enfoque de neutralidad tecnológica y reconozca el papel de todas las tecnologías para lograr reducciones de CO2».
La Comisión responde argumentando que «una de las principales críticas que hacen las empresas es que dejemos de cambiar de rumbo cada medio año, en particular, la industria pesada tiene ciclos de inversión muy largos, a veces con décadas de antelación, y los políticos, que tienen el hábito de cambiar de opinión constantemente, no te ayudan».
La propuesta del PPE insiste sin embargo en que la Comisión «debería proponer una definición de combustibles neutros en carbono, que garantice una reducción adecuada de las emisiones en comparación con los combustibles convencionales, con el fin de alcanzar la neutralidad climática en 2050. También debería reconocer el papel de otras tecnologías, como los híbridos enchufables, y garantizar condiciones propicias adecuadas, como la disponibilidad y asequibilidad de los vehículos eléctricos, la infraestructura de recarga y los combustibles alternativos».
Desde el PPE advierten también de que las sanciones que se prevén en la legislación actual para los fabricantes que no cumplan con los objetivos de reducción de emisiones y que incluyen multas gigantescas pueden ser en algunos casos una barrerea para las inversiones que se necesitan para transitar a nuevas tecnologías de bajas emisiones.
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