BMW solicita que se revisen a la baja los límites de CO2 de Europa

«Creemos que una revisión completa de la regulación del CO2 en las flotas es esencial», afirmó el directivo en su presentación de resultados la semana pasada. El Grupo BMW redujo un 20% las emisiones de sus vehículos ante el objetivo europeo de 2023, con un 15% de sus matriculaciones correspondiéndose a modelos cero emisiones.

Sin embargo, para el año que viene, la Comisión Europea pretende que las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyan un 25%, en comparación con los niveles de 2021. Para Zipse, esto será un reto considerable.

El Grupo Volkswagen también solicitó que se revisasen los objetivos de 2025. «No tiene sentido que la industria tenga que pagar multas cuando las condiciones para potenciar la electrificación no están listas», sentenció el consejero delegado, Oliver Blume.

El presidente del Grupo Renault, Luca de Meo, también hizo eco de esta preocupación en una carta abierta dirigida a los eurodiputados.

De mantenerse en su redacción actual, los fabricantes tendrán que pagar 95 euros por vehículo registrado, multiplicados por cada gramo de CO2 por kilómetro que supere el límite fijado por la Comisión. A partir de 2025, este será de 93,6 gramos para turismos y 153,9 para furgonetas.

Además, el directivo señaló que Europa debería tener cuidado con imponer sanciones a los fabricantes chinos. «No está en los intereses de la UE dificultar la entrada de estos productos. La industria del automóvil europea no ha sido dañada en gran medida por estas marcas», afirmó.

«Nadie puede entrar en un mercado tan grande como el europeo y dominarlo así como así», sentenció Zipse, que opina que el temor de los fabricantes comunitarios «se ha sacado de proporción». Sin embargo, los precios competitivos de las marcas chinas afectan más a constructores generalistas que a los premium alemanes.

La UE establece, actualmente, un impuesto del 10% a los vehículos que provienen del país asiático, pero este gravamen podría aumentar tras las conclusiones de la investigación sobre las ayudas gubernamentales a la industria del automóvil en China, que arrancó a principios de este año.

China es uno de los mercados más grandes para las marcas de automóviles alemanas. Para BMW, en concreto, se trata del país donde más vehículos matriculó, con 824.832 unidades, casi un tercio del total.

Tanto Oliver Blume (VW) como Ola Källenius (Mercedes-Benz) se han mostrado reticentes ante las medidas proteccionistas de Europa, una medida que no comparten los fabricantes de gran volumen que no tienen tanto éxito en China, como Renault o Stellantis.