El aviso de la DGT sobre el peligro de esta enfermedad al volante: «También afecta a la seguridad vial...»

La depresión provoca variaciones en el estado de ánimo y de las respuestas breves a los problemas de la vida cotidiana. «Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es recurrente y de intensidad moderada», explica la OMS. El organismo indica que puede causar «gran sufrimiento» y «alterarar sus actividades laborales, escolares y familiares».

La DGT ha aprovechado este día para recordar a través de su cuenta de Twitter que la depresión puede influir a la hora de conducir. «Desde el punto de vista de la seguridad vial, y la seguridad en todos los campos, se presta especial atención a esta patología y la accidentalidad», subraya.

La entidad explica por qué no se debe conducir si se padece este trastorno mental: «Las alteraciones del sueño, ansiedad, déficit de atención, aumento del tiempo de reacción o la indecisión son algunos síntomas que en determinadas fases de la enfermedad pueden interferir en la capacidad de conducir». Además, advierte de que no solo hay que tener en cuenta estas señales, pues los medicamente que se utilizan para el tratamiento «también pueden afectar a la conducción segura».

Conducir con depresión no es algo que esté estrictamente prohibido. No obstante, la DGT enumera una serie de consejos si si finalmente se decide ponerse al volante.

Con todo esto, la DGT insiste en acudir al médico y seguir todas sus indicaciones.